01 abril 2015

Café







Dormíamos juntos algunas noches,
nos despertábamos e íbamos a desayunar.
Tú pedías el café hirviendo y yo siempre frío,
metafórico presagio de cómo eramos.

Recuerdo que tus tiempos nunca encajaron con los míos,
recuerdo estar de más algunas veces,
recuerdo echarte de menos la mayor parte del tiempo.

Yo recorría tu pasillo de puntillas,
y tus pisadas demoledoras fragmentaron mis recuerdos.

Cuando querías abrazarme yo me empeñaba
en dar la espalda,
te ibas, luego me giraba y te buscaba,
y así a pellizquitos caprichosos
nos fuimos rompiendo el alma.

Un café hirviendo para deshacer tu invierno
un café helado para las llamas de mi incendio.