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08 mayo 2020

Un monstruo ocupando tu piel


Un monstruo ha ocupado tu piel
y no sé si te has dado cuenta,
quizá le dejaste tanto espacio que se alimentó de ti
hasta llenarlo.

Quizás tu tendencia a la oscuridad
ha conseguido devorarte.

Este patético espectáculo que me obligas a presenciar,
caída libre al precipicio y yo sentada en la grada principal,
ocultándome la cara con las manos para que nadie me vea llorar.

Ahora quiero huir
pero no me dejas.

Como si pretendieras obligarme a ver
el modo en que el monstruo crece
hasta hacerte desaparecer.

Ya no tengo voz,
ni nada que contarte
ni valor para mirarte
y agacho la cabeza y te muestro el lomo
por si quieres golpearme.

Nada ya puede dolerme.

Me arranqué las fibras que me hacían humana
y ahora soy un ser inerte.

Dentro de ese castillo enorme había pequeñas estrellas
que ya amenazaban con extinguirse
y usé las fuerzas que me quedaban para trepar el muro
y mirar por tus ventanas
ya solo pude ver la oscuridad
que tus demonios propagaban.

No me quedaré este dolor,
conservaré la magia que rocé
la belleza de aquel abismo
que estaba aún por recorrer.

Y te dejo a ti con ese monstruo

que ahora habita en tu piel.









03 febrero 2020

Ya no importa






Ya no importa. 
En serio, ya no.

La vida no puede pararse, puedes pararte tú
y dejar que la vida te pase por los lados.

Yo fui parte de esa vida que te pasó de largo
mientras permanecías en quietud.

Ni siquiera te giraste a mirar mientras hacía mis
locas piruetas.
Todo el repertorio de habilidades para la muestra
y tú no estabas mirando.

Ya no importa. En serio, ya no.

Nada de mí te pertenece
ni siquiera esta tristeza encallada
que arrastro a la fuerza
porque es imposible escapar
sin darle a mi vida la vuelta.

Y la verdad,
 no creo que lo merezcas.

Ya no importa. 
En serio, ya no.

Puedo vivir sin el temblor de piernas,
sin esas pequeñas cosas que existían solo
porque yo las inventaba.

Pequeñas imperfecciones excesivamente maquilladas
que pude ver con nitidez cuando al girar me ofreciste espalda.

Ya no importa. 
En serio, ya no.

Te he visto con la cara lavada.










28 enero 2020

No eras para mí

Tú no eres para mí
y yo no soy para ti.
Nos rozamos a ratos
en este túnel del tiempo
que hemos creado.

Acariciamos ese momento
porque es el único en que dejamos
de ser oscuros y cerrados.

Nos acercamos
a lo más parecido que conocemos
a ser humanos.

Pero nunca podremos ser un nosotros
porque somos laberintos.

Tú no eres para mí
y yo no soy para ti.

Intensos, complejos
llenos de miedo y de agujeros.
Demasiado protegidos
para hacer algo sincero.

Te haces hueco en mí
porque a ti te vale el más pequeño
yo no sé por dónde ir
ya que jamás estuve dentro.

Acariciamos esos momentos
en que las ideas se esfuman
y quedamos solo en esqueleto.

Jugamos a ser niños
que no arrastran ningún peso
pero la realidad llega en algún momento.

Tú no eras para mí
y yo no era para ti.

Eso es lo único que sacamos de cierto.





Naranjas en mi escala de grises



Me gustaría decirte que me he limpiado el alma
que me he desangrado en palabras
que cada día la luz entra por mis ventanas
que he recuperado los colores, la sonrisa y las ganas.

Me gustaría no querer decirte nada.

Que se caigan los puntos 
que nazca un nuevo impulso
convertirme en la dueña de mi vida
y que seas en ella tan solo un intruso.

Me gustaría decirte

que ahora soy indestructible
me arranqué los puntos débiles
al mismo tiempo que te fuiste.

Entre las cosas que no voy a permitirme
estás tú y las llamas que prendiste.

Quisiera decirte que han salido naranjas

en mi escala de grises
que eras un iceberg y yo una muñeca triste.


Quisiera decirte que no mereces nada
pero creerías que es la rabia quien te habla.
Quisiera decirte que ya no me importa
que he conseguido pasar las hojas y llegar al final del libro.
No acerté,
esperaba un final distinto.

Quisiera decirte que hay muchas cosas de las que me arrepiento
que abrieron la puerta y escaparon a tu entendimiento,
que hay muchas otras de las que me siento orgullosa
que se quedan conmigo porque duelen cuando las tocas.

Quisiera decirte que el hombre que amé ya no existe
que lloré por su pérdida más allá de lo posible 
y que lo has intentado, pero a ti su careta no te sirve.

Creo que estábamos abocados a esto.
Irremediablemente.
Nada que hubiésemos hecho habría cambiado el resultado.
Nos faltó ser sinceros y valientes.

Vi la tormenta acercarse desde tu ventana,
y por alguna extraña razón, pensé que podría detenerla.

Mi pequeñez y yo nos vinimos arriba.
Quizá por la fuerza que nacía cuando estabas cerca.

Pero inevitablemente, eramos dos granos insignificantes de arena
en una playa desierta.

Quisiera decirte que cada día que pasa
estoy menos triste
y que han salido naranjas
en mi escala de grises.














04 junio 2019

Da la sensación



Da la sansación de que solo te aproximas cuando buscas algo
y de que sobro el resto del tiempo.

Da la sensación de que nunca llamas porque no tienes nada que contarme,
porque se te ocurren otros muchos con quienes no debas medirte.

Da la sensación de que eres frío conmigo para que no invada tu espacio.

Da la sensación de que lo mejor de mí es mi cubierta.

Da la sensación de que no importa lo que pienso,
ni lo que siento.

Da la sensación de que soy un entretenimiento,
una frívola mujer dispuesta para el sexo.

Da la sensación de que estoy hueca por dentro.

Da la sensación de que no piensas en mí.
Que no te interesa mi vida ni su forma de transcurrir.

Da la sensación de que nunca me quedo a dormir
porque no sé con quién despertaré.

Da la sensación de que jamás me acaricias
por si confundo el deseo con muestras de cariño.

Da la sensación de que soy demasiado tonta y demasiado buena.
Que no me quieres.
Que no estoy dejando huella.

Que es tiempo perdido
todo lo que invierta.

Da la sensación de que solo tú
puedes cerrar o abrir la puerta.

De que cuando a ti te viene bien
levantas las barreras.

Da la sensación de que quiero destruirme
porque soy una imbécil y jamás supe rendirme.





26 septiembre 2018

Al menos




Me di la vuelta para sangrarte encima,
para que aunque a ti no te doliera,
al menos te ensuciara
esta incisiva herida mal curada.

Transformé mis palabras en odio
te las escupí a la cara
para que aunque a ti no te dolieran
al menos algo de mí te salpicara.

Golpee los cimientos
que tu firmeza sustentaban
con las venas palpitando
y la sangre envenenada
para que aunque a ti no te doliera
al menos descolocara
esa apariencia tuya, atroz y desalmada.

Quemé los puentes que nuestro abismo cruzaban

para que no volvieras nunca
a mi trozo de tierra devastada.

Me llené de oscuridad 

para que no vieras nada
para que aunque a ti no te doliera
al menos le pesara
a tu conciencia enmarañada.

Luego lloré entre la pena y la rabia
por la infinita tristeza
de haber tocado la certeza
de que tú no sientes nada.









02 abril 2018

Semejanza



Se parecen demasiado
tu estudiada frialdad
y mi muro inmenso
de hormigon armado.

Se parecen demasiado
tus abruptas formas
y mi exceso de sarcasmo.

Esa forma tuya 
de hacer del mar, un charco,
y esa forma mía
de convertir cualquier sonido
en un disparo.

Tu miedo y el mío
en un espejo reflejados
no saben distinguirse.

Se parecen demasiado
tu cerrada existencia
y mi atroz temor
por si algo se tambalea.

Tu manera incierta
de aproximarte a algo
y mi torpeza innata,
se parecen demasiado.










21 septiembre 2017

Hola desconocido




Hola desconocido, no sé si me recuerdas,
soy la mujer alada que te llevaba el desayuno los domingos.
La que se marchaba de puntillas en el momento oportuno.
La chica de manos pequeñas que te ordenaba los huesos 
para que no te dolieran.

La que se sentaba descalza en el suelo
a cubrirte de besos y a hablarte de poemas.
La chica puzle a la que siempre le faltaban piezas.

La chica que no esperaba que la quisieras.

Hola desconocido, no sabes lo que he cambiado,
me he acordado de nosotros porque el día está gris, 
lluvioso y mojado.

De todo lo que pudimos haber sido
esto es lo que hemos elegido.

Con lo bonito que es abrazarse como si el tiempo
no hubiese transcurrido.
Hablarse con ternura del amor distinto
que ahora ocupa nuestro nido.

Bajo uno a uno los peldaños de todo lo que ya no seremos
y de todo lo que fuimos.

A 50 metros, escondidos el uno del otro
50 metros que se han convertido en el precipicio más grande 
que ha existido.

Nos miramos de reojo, calculando el regreso para no encontrarnos.
Eso somos ahora, dos cobardes cabizbajos
que se han soltado sin tacto.

Algo peor que dos extraños.


Hola desconocido, no sé si recuerdas lo bueno,
si has conservado alguna de las plumas de mis vuelos.
Soy la chica que fingía ser inmune a tu veneno
la que cerraba los ojos con cada beso
la que dejaba la puerta abierta 
por si alguna vez necesitabas un hueco,
la que pretendía quererte a cambio de nada
porque a ella le bastaba con tu presencia 
en su universo.


Hola desconocido,
dí adiós conmigo 
a lo que ya no seremos.









25 agosto 2017

Para un momento como este

Me gustaría haberte enseñado mis rincones y esos lugares de mi alma 
donde escondo estrellas a millones.

Me gustaría haber despertado esta mañana 
y sentir el peso de tu cuerpo ocupando mi cama,
reír juntos de lo loco que anda el mundo 
y verte caminar por el pasillo, desnudo.

Aquí, en este silencio, tan lejos de todo, resulta más sencillo 
dar perspectiva a los sentimientos antes de verlos convertidos en heridas.
Siempre esperé demasiado de ti, sin lógica alguna, 
sin experiencias que respaldaran tanta absurda expectativa.

Había un brillo en ti que el tiempo ha disipado.

Tal vez solo fue un destello
y me empeñé en seguirlo hasta perderlo.

Estoy sola en una casa en mitad de la montaña y todo parece 
pequeño desde aquí.
El dolor, la pena y las lágrimas, la fragilidad innata de la naturaleza humana.

En lugares como este uno se vuelve consciente del sentido 
que tiene vivir sin el ruido llenando los vacíos, 
enfrentado a uno mismo, sacando a la luz lo que llevas escondido.

Aquí en este lugar perdido donde no llega tu ruido,
no he encontrado un solo motivo para sentir lo que sentí por ti.

Esas barreras tan altas jamás dejaron pasar la magia,
tus alambradas atraparon y arrancaron las plumas de mis alas.

Creo que algún día tendremos una bonita conversación,
en este loco mundo o en lo profundo de la imaginación,
una sincera, en la que yo no tenga miedo y tú de verdad quieras escucharme.

Quiero contarte lo doloroso que fue quererte, 
lo difícil que resultó esconderlo
lo inútil de mis intentos por descargar tu peso.

Hubo noches que imaginé lo que seriamos juntos.
La de mañanas que desperté convencida de que iría allí 
donde tú quisieras llevarme.

Daba igual que fuesen paraísos de humo o los infiernos de Dante.

Podré decirte que te he querido con más intensidad 
de la que nunca has merecido,
que el camino al desconcierto siempre comenzó en tu ombligo,
que pensaste que me entendías
y ni siquiera llegaste a aproximarte.

Quisiera decirte que he dejado de quererte y me he enamorado de mí.
De mi valentía y de mi resistencia.

He acariciado esa cuerda floja 
por la que he transitado estos últimos años
y al rozarla me ha quemado las manos.

Te contaré que olvidé cómo volar
y ahora tropiezo todo el rato

Que la realidad se me abalanzó al perderte.
Te contaré todas esas cosas que guardé 

para un momento como este.





12 junio 2017

Descenso





Descender hasta un lugar
cercano al núcleo
descender liberado 
del dolor
y desnudo.

Confundir lo que quiso
con lo que pudo
callar y hacer 
de la soledad
tumulto.

Descender lentamente
hasta el suelo del mundo
que mi coraje te suene
consistente y rotundo.

Girar y volar
aunque dure un segundo
el grito visceral 
convertido en susurro.

Descender por debajo
de las piedras de tu muro
besarte las pestañas
deshacerte los nudos.








09 febrero 2017

Enredaderas



Seguiré escribiendo sobre ti un rato más
drenando el fondo, sacándolo todo
para que no quede nada
que en un momento flojo, puedas reavivar.

Sumergida en el agua
para que no haya rescoldos
sobre los que puedas soplar.

El tiempo hace falsos los recuerdos
y el corazón por no ser menos
decide conservar solo lo bueno.

Arranco esas malas hierbas
que en un torpe descuido
se han hecho enredaderas,
que han trepado por los muros
marchitando las flores
y ya nunca es primavera.

Decidí quemar esas raíces
para que nunca crecieran.

Ahora tengo un muro desnudo
y el suelo lleno de cenizas negras.

Seguiré un rato más
limpiando huellas
cerrando puertas
mirando a la verdad fijamente
para despejar las dudas que me siembras.






18 noviembre 2016

Estarlo del todo



Dices que se te ha roto el corazón,
pero el corazón no se rompe.

El corazón se resquebraja y sigue sintiendo, ese es su drama.

Así, agrietado, con sus muletas y sus parches va a buscarte
para que aún puedas agrietarlo un poco más.

La oscuridad ha vuelto, suspendida en unos ojos que no miraban nada
y ahora soy la nada sepultada.

Si supieras la hecatombe que generan tus detalles sin importancia.
Y una grieta más por la que dejar escapar el alma.

Me duele tanto que por eso sé que no está roto
y desearía que lo estuviese, pero que lo estuviese del todo.

Agacho la mirada para no estrellarme de frente con el iceberg
que se esconde en tus pestañas.

El vacío inmenso alrededor y reservar la contención para las ganas.

El corazón no se rompe.
Ese es su drama.

Un amanecer silencioso en el precipicio de una cama,
un corazón torpedeado que ha olvidado cómo se llama.

Si supieras las brechas que abren tus detalles sin importancia.
Y una grieta más por la que podrá escapar el amor que te guardaba.

Todavía late, por eso sé que no esta roto.
Ojalá lo estuviese, pero lo estuviese del todo.




06 noviembre 2016

Todas las disculpas



Todas las disculpas que no te pedí
dan vueltas en mi universo.
Siempre pareció que tú lo hacías peor,
y así, mis fallos pasaban inadvertidos,
escondidos entre los tuyos.









Pero lo siento....


Siento haberte arrastrado a mis incertidumbres
siento el caos emocional y el desconcierto.
Siento haberte dicho que siempre estaría aquí.
Siento no haber sabido dominar mis instintos.


Siento no haber podido perdonarte
siento tener que decir lo siento.


Siento no poder ayudarte a deshacer tus nudos
siento no poder ofrecerte algo chulo
siento no haber cicatrizado a tiempo
siento que ya no podamos entendernos.


Siento no haber sabido comenzar de cero
siento ser tan complicada
siento necesitar cosas que no estaban.


Siento haberme confundido
haberte hecho creer
que no albergaba
dolor en mis escamas.


Siento haberte despertado del letargo
no haberte confesado que
esto ahora es un desierto,
y que aquella catarata
se ha convertido en charco.


Siento haber cambiado,
que mis dibujos de ahora
ya no encajen en tus marcos.


Siento haber tardado tanto.
Siento haberte dado tanto.


Siento haberte demostrado el dolor
y los enfados,
como si pudieras asimilarlos.
Siento no haber sido dura,
siento no haber sido fría.


Siento haberme dado cuenta
del espejismo que he creado.