11 mayo 2020

Lo que no pretendo



Nunca pretendí, ni pretendo
que seas alguien distinto
ni que sientas como yo siento.

No quiero una simulación
ni que interpretamos ningún papel
quiero que seas verdad
y que yo te pueda creer.

Nunca pretendí, ni pretendo
ocupar un lugar que no era para mí
ni que giraras lo suficiente
para encajar en mi perfil.

Te quise así
con toda la oscuridad
que acabaría por venir.

Te quise así
con la misma fuerza con la que luego
quise huir.

Nunca quise
cambiarte o encadenarte
o ponerle un nombre a los minutos
que compartimos para saber dónde encajarte.

Nunca pretendí, ni pretendo
que me quieras solo porque yo te quiero.

Uno tenía que ser la mecha
y otro ser el fuego.

Nunca quise hacerte daño
ni siquiera cuando el dolor
me arrancó de mi cuerpo.

Ni siquiera ahora que ya has mostrado
tu lado más oscuro y siniestro.

Nunca pretendí ni pretendo
que tengas otra percepción 
que la que te has llevado
no pretendo que cambie nada,
ni daremos nada por sentado.

Nunca quise venganza,
puse el otro lado de la cara
y si eso te hubiese servido,
lo habrías tenido
las veces que hiciera falta.

Lástima que a ti
jamás te vale nada.










08 mayo 2020

En mí



Querías una mujer sutil, que te mirase embelesada
una mujer que te llevara el desayuno a la cama
pero te fijaste en mí
que soy mas parecida a un bocado en las entrañas.

A mí
que se me levantan las paredes solo con la fina linea
del grosor de una pestaña,
a mí, que me gusta caminar descalza, 
porque si me hiero, me lamo las heridas hasta arrancarlas.

A mí que se me enciende la sangre
y no hay quien sepa cómo apagarla,
una bomba de precisión 
una medusa ciega que te encuentra por la voz.

Querías alguien normal que hiciera juego con tu vida superficial
y te ahogaste en mí
que soy la laguna más profunda.

En mí
que habitan los monstruos de los que huyes,
en mí
que lleno de sal tus aguas cristalinas
que soy lo más lejano a tu mundo prefabricado.

En mí
que estuve siempre buscando el equilibrio
poniendo peso
en el sitio equivocado.






Un monstruo ocupando tu piel


Un monstruo ha ocupado tu piel
y no sé si te has dado cuenta,
quizá le dejaste tanto espacio que se alimentó de ti
hasta llenarlo.

Quizás tu tendencia a la oscuridad
ha conseguido devorarte.

Este patético espectáculo que me obligas a presenciar,
caída libre al precipicio y yo sentada en la grada principal,
ocultándome la cara con las manos para que nadie me vea llorar.

Ahora quiero huir
pero no me dejas.

Como si pretendieras obligarme a ver
el modo en que el monstruo crece
hasta hacerte desaparecer.

Ya no tengo voz,
ni nada que contarte
ni valor para mirarte
y agacho la cabeza y te muestro el lomo
por si quieres golpearme.

Nada ya puede dolerme.

Me arranqué las fibras que me hacían humana
y ahora soy un ser inerte.

Dentro de ese castillo enorme había pequeñas estrellas
que ya amenazaban con extinguirse
y usé las fuerzas que me quedaban para trepar el muro
y mirar por tus ventanas
ya solo pude ver la oscuridad
que tus demonios propagaban.

No me quedaré este dolor,
conservaré la magia que rocé
la belleza de aquel abismo
que estaba aún por recorrer.

Y te dejo a ti con ese monstruo

que ahora habita en tu piel.