23 mayo 2017

No pasa nada



Si no me quieres no pasa nada
otros ojos se posarán
en los lunares de mi espalda,
besaran mi piel y me abrirán las alas.
Me quiero yo, con eso basta.

Si no me hablas no pasa nada
otros labios me contaran sus sueños
y me enamoraré de otra boca
que sabrá reír a carcajadas.

Si te alejas no pasa nada
dolerá un tiempo
hasta que consiga encajarte
en el lugar correcto.

Si no añoras mis besos
ni te sobrecoge algún recuerdo
no pasa nada,
llegará alguien que sepa hacerlo.

Si no me pasas los dedos por el cuello
no pasa nada
otros dedos pasearán y borrarán las huellas
que conservaba.

Si no me quieres
no pasa nada.





17 mayo 2017

La diferencia


Yo, contigo.

La música lenta
la ropa en el suelo
un nudo en el ombligo.

El tiempo corriendo
la piel de gallina
las miradas
las risas
las cosquillas.

Yo, sin ti.

Una ventana empañada
Una inerte sombra a tu 
cuerpo enmarañada.

Una burbuja de aire
en las profundidades del agua.

El tiempo detenido
la piel dolorida
el parpadeo
las lágrimas
las heridas.









09 mayo 2017

Ahora que el velo no me cubre



Ahora que las razones no importan
ahora que el tiempo ha pasado
ahora que ya puedo mirarte como se mira a un extraño,
ahora puedo ver la diferencia.

No hay profundidad ni trascendencia
en nada de lo que cuentas.

Eres un envase vacío,
todo fachada y apariencia.

Ahora que aquel velo no me cubre
ahora que se ve todo claro sin el espesor de tus nubes
ahora que no disimulamos nuestras actitudes
ahora puedo ver la diferencia.

Eran mis ojos los que te llenaban de belleza
era mi empeño en bucear lo que le dio a tu charco apariencia de mar,
eran las excusas que te ponía, lo más interesante.

Eras un saco con un inmenso agujero en el fondo
hecho de un material permeable.

Ahora puedo ver la diferencia.

Eres previsible, demasiado esclavo de tus propias inercias,
un ser cautivo de la celda más oscura que mis ojos han visto.

Una burbuja sin contenido 
alguien que no sabe ver la luz 
porque solo mira hacia si mismo.







02 mayo 2017

Ruido



Detesto el ruido del tráfico por las mañanas,
también el ruido que provocan los golpes y los gritos.

El de la multitud hablando de cosas sin sentido.
El ruido de un corazón cuando se rompe,
el ruido de la lógica hablándote cuando tú solo quieres sentir.

Y detesto el ruido en el que tu voz se ha convertido.

Los suspiros.
Tus pisadas acercándose a mi espalda,
las canciones que escuchaba contigo,
todo convertido en ruido.

El maldito teléfono que tanto esperaba que sonara,
el timbre de tu casa, las excusas y cada una de las palabras
duelen como agujas clavadas en mis oídos
desde que todo se ha vuelto ruido.

Los buenos días protocolarios y estrictos.
Hasta el silencio que expulsas se ha vuelto ruido.

Las conversaciones huecas.
La contención y la mesura.

Las buenas intenciones ,
las promesas, los besos en el cuello
que preceden a un cuerpo desvestido,
todo convertido en ruido.

Tu risa rebotando en mis paredes,
tus besos estrellados en mis labios,
un ruido demasiado alto.

Ahora dices cosas que no tienen contenido
y sigo detestando el ruido
en que tu voz se ha convertido.