12 junio 2018

No volveré a sentarme frente a ti


No volveré a sentarme frente a ti
con esa destructiva sensación 
de que merezco toda esa oscuridad 
que estrellas contra mí.

Ya no volveré a sentarme frente a ti.

Últimamente, cada vez que lo hacía, sentía pánico.
Me encogía tanto que a veces tardaba días en recuperar
mi tamaño.

Me sentaba y pasados unos minutos, cuando la fuerza ya no soportaba,
se me abría un agujero inmenso en las entrañas
y todo escapaba por él.

Ya no volveré a sentarme frente a ti,
fingiendo que soy un espejo
que has lanzado una piedra
y yo recojo los trozos en silencio.

Ahora sé que no lo merezco.

Que todas las cosas feas en las que me he convertido
son producto de tu reflejo.

No me sentaré frente a ti
a contribuir con tu guión estructurado
puedo ser tu enemigo
pero no seré un extraño.

Tendrás que aprender a digerir tu rabia,
contra mí no volverás a estrellarla.

Seré tu enemigo
o tu contrincante
antes de ser nada.

No volveré a sentarme frente a ti
para que me destroces el alma.

Tendrás que coger tu odio y hacer con él 
una bola inmensa y tragarla
porque ya no,
contra mí no vas a estrellarla.