24 junio 2013

Esperando.


Te he esperado tanto que ese es el único recuerdo que tengo de nosotros.
Esperar a que llamaras, 
esperar que pudieses, 
esperar esa palabra, 
esperar que lo vieses, 
esperar tus caricias, 
esperar tu mirada.
Me he pasado el tiempo esperando, 
ubicando mi planeta en algún lugar de tu galaxia,
tejiendo lo roto de nuestro hilos, caminando de puntillas, susurrando a gritos.

Te he esperado tanto que mi alma se ha cansado, 
de esperar que pensaras, 
de esperar que cerraras tus heridas, 
de esperar que te entrara sed de vida, 
de esperar que te acercaras, 
de esperar que te giraras, 
de esperar que me esperaras.

Me he pasado estas horas que han sido un nosotros, 
buscando algo que pudieses darme de entre todos tus despojos, 
chocando contra todo, caminando sola sobre este charco de lodo.

Te he esperado tanto que no se hacerlo de otro modo...
Esperar que quieras, esperar que sepas.

Esperarlo todo.

Mi imaginación.


Mi imaginación es poderosa, se contonea sigilosa por los rincones más oscuros,
pero sale con más luz de cada piedra que pisa.

Hace esta vida soportable, cuando creo que es imposible aguantar,
ella teje mundos en los que puedo navegar.

En ella me sumerjo, en sus retales sucumbo,
en ningún lugar se vive como en mi mundo.

Ella siempre supo viajar mas allá
de donde mi cuerpo le permite llegar,
hace paraísos infinitos para ocultar la realidad.

Mi imaginación me conduce por oscuros recovecos,
se llena de recuerdos y se viste con los nuevos,
da pasitos de gigante y no le importa ir delante.

Mi imaginación levanta en mi nuevos paisajes, los demás vienen y van,
casi siempre sin sentido, mi imaginación se esconde y se abraza aquí conmigo.

Si el día se hace oscuro ella siempre encuentra la luz que necesito,
 y sabe decirme al oído -¡ Que bonito habría sido !-


No podemos ser.




Tú y yo, no podemos ser.
No importa cuánto de nuestro esfuerzo hayamos puesto.
No importan las veces que hayamos sentido que estábamos sentados 
sobre el vórtice de nuestro ciclón.
Ya no importan las heridas que curamos ni las nuevas que abrimos.
No podemos ser.

No puede ser tanto desencuentro, tanto perderse en lugares inconexos, 
tú en tu orilla perfecta, mientras yo me siento en la opuesta.
A veces tu mirada se cruza con la mía y creo poder ver lo que sucede en tu interior, 
nos amamos como solo nosotros sabemos, en la distancia, en soledad, 
en universos distintos cubiertos de verdad. 
No es lo nuestro hacerlo como lo hacen los demás.
No podemos ser.
Por qué estamos en el mismo extremo pero de distinta cuerda, 
porque no me queda nada nuevo que ofrecerte, porque me voy más pequeña de lo que llegue 
y con el alma más remendada.
No podemos ser.
Porque es esta habitación nuestra ya no queda nadie.
Era nuestro lugar aunque casi nunca coincidimos, cuando yo llegaba, tú ya te había ido, 
me quedaba esperándote pero nunca viniste 
y estar ahí sola ya no tenía sentido.
Me voy con el amargo sabor de la derrota, 
pero lo hago fortalecida, al menos ahora sé lo que pretendo de la vida.
No quiero vivir en continua despedida, deseando que puedas ofrecerme lo que me hará sentirme viva.
No quiero recordarte la necesidad de una caricia, no tengo fuerzas para enseñarte que cosas importan 
y cuál es su medida.
Me voy sabiendo que te darás cuenta algún día de que no estorbaba tanto en ese hueco de tu vida.
No podemos ser, 
por más que mi piel se empeñó en arder,
 por más que te pude ofrecer,
Después de este volar sin saber caer. 
No podemos ser.

Hoy me han dicho.

Hoy me han dicho que me marcho, mi tiempo se ha agotado.

La verdad es que la vida parece mas vida con el final ahí al lado,
me ha encantado la infinita compasión de los que me han hablado.
Si supiesen que en realidad no me importa demasiado.

No siento qué de lo que había, nada me haya dejado,
me ha dolido, me ha gustado, he sufrido y he amado.

Me he caído y después he tropezado,
me he comido el mundo y he nadado en el barro.
He ganado y he perdido, he levantado y luego he destruido,
de cada campo yermo saqué el trazado de algún camino.

Los olores y las sombras de los cuerpos que he besado,
hoy vienen conmigo.



Escuché tu voz.



Escucho tu voz de fondo muchas veces a lo largo del día.

Oigo tus palabras superfluas resbalando lentamente desde mis oídos a mi cuello,
van deslizándose por cada recoveco, es lógico conformarse con lo único que tengo.
Silencio.

De nuevo tu voz, esa que da órdenes y no sabe dónde alojarse después de todo.
Me quedo sola en esta montaña de barro sin fin, tu allí, yo aquí.

Cae lluvia desatada en este planeta perdido donde nada de lo que haces 
me proporciona contenido, tu cuerpo es un abismo que nunca he recorrido, 
se funde y se colapsa con el mío.

A veces el sabor de tu piel vuelve a pasearse por mi lengua, 
me lo aclaro con recuerdos que saben más amargos.

Escucho tu voz de fondo, se ha quedado alojada en mi cabeza, 
repitiendo estupideces sin sentido que creíste sentir y eran mentira, 
tan mentira como la respiración entrecortada que nos nublaba cada día.

He recogido mis cosas, mis maletas van vacías, 
las apoyo contra la pared y me siento a respirar, si continuara no podría.
Arrastro los pies hasta el ascensor, como si todos los lugares de este mundo estuviesen
en una guerra nuclear.
Casi no puedo ver con este mar que se ha desatado en mis pupilas, 
se han enturbiado mis aguas cristalinas.

Eres la tormenta que destruyo la poesía.

El color del mundo ha desaparecido, gris, oscuro, nublado y frió.
Este no es mi planeta, yo vengo de otro sitio, 
lamento comunicar que de nuevo me he perdido.

Escucho tu voz diciendo -nada podrá pasarte mientras estés conmigo-
y pasaron ciclones, estampidas y huracanes.
Y paso el dolor, y paso la vida.
Pasaron tus labios por mis mejillas y se pasó la noche y amaneció el día, 
y me parecieron mas soportables las cosas que decías....

19 junio 2013

Aquello que tenía.



Tenía esa delicadeza característica de quienes han pasado de puntillas por la vida, 

esa dulzura efímera que solo es un disfraz y que con asomar de vez en cuando 
te atrapa sin remedio.

Tenía esa profundidad que parece abarcar el mundo, 

esa mirada perdida como si en su interior se estuviesen tejiendo sueños,
pero luego hubo otros momentos, donde descubres que no puedes estar menos en lo cierto.

Tenía ese punto de locura insalvable, una sonrisa escurridiza que casi nunca sale, 

pero que engancha sin freno cuando lo hace.

Tenía el pelo revuelto, mil heridas incurables, un laberinto en la cabeza 

y un abismo inabarcable.
Cometí el peor de los errores,quise rescatarle.

Fue tarde cuando intuí que ahí no entraba nadie.

Mi precipicio y sus abismos, demasiada caída para tan frágiles seres.

Tenía esas manos de pianista que todas las noches permanecían frías, 

esa inteligencia repartida, esa mezcla imposible de pasión y cobardía.

Tenía una luz perdida, como si en algún momento hubiese sido una persona distinta, 
como si llevase dentro todas las cargas conocidas. 

Tenía ese aura triste de quien no entiende que existe.

Fui despojándome de cosas para caber en su hueco, 
pero incluso para mí era pequeño.

Intenté caminar por su cuerda de trapecista, 

intente aprender a funcionar con su mecanismo, 
pero nada es comparable a dejar de ser uno mismo.

Recorrí todos los caminos, convencida de que alguno de ellos era mi destino.

Tenía el interior sin decorar, no había nada dentro de tanta profundidad, 
me fui apagando en silencio por permanecer en el que no era mi lugar. 

Tenía una sonrisa inmensa que comenzó a olvidar, la vida tiene eso, 
siempre acaba por cansar. 

Quise llevarle conmigo a caminar por las nubes, pero quien no sabe hacerlo

tropieza todo el tiempo.

Tenía espacios y ritmos, manías, costumbres y otros organismos,

le contaba cuentos cuando cerraba los ojos y mis dedos caminaban por sus pestañas, paraba el tiempo para que no se ahogara pero era yo quien nadaba.

Tenía cerrojos a montones y mi llave no encajaba.

14 junio 2013

Encontrar....







Cuantas cosas podría contarte que han perdido su significado para mí, cuantas que creí importantes se diluyen hoy aquí.

Todos buscan la felicidad, ansiosamente, de forma desesperada a veces.
Yo, si me guardáis el secreto os confesare donde la encuentro.


La encuentro en tu sonrisa, más todavía si he sido yo quien la ha provocado.
En ese mensaje tuyo cuando empiezo a ubicarme fuera del mundo.
En esos momentos en que recorro el contorno de tus ojos con mis dedos.
Pasear despacio por calles perdidas, sin certezas y sin prisas.
Es ese pollo en salsa que me queda tan rico.
Es tu cuerpo rozando el mío.
Es madrugar para desayunar contigo antes de entrar a trabajar.
Recibir un mensaje en el que solo ponga Estoy pensando en ti.
Escaparse para ver a alguien, besarle y marcharse.
La complicidad,comunicarse con canciones.
Sentir tus caricias mientras duermo.
Reírnos a carcajadas de cosas tontas que otros no entienden.
Aprender algo cada día. 
Hacer el amor.... follar.... hacer el amor de nuevo.
Jugar juntos a cualquier cosa.
Estar a un centímetro de tu boca.
Cocinar con una copa de vino, buena música, un libro.
Buena compañía, buenas conversaciones,
saber profundizar en aguas abisales y otras veces frivolizar con sarcasmo 
de las heridas vitales.
Que tus proposiciones me suenen divertidas, 
maratón de películas una noche fría.
Hablar durante horas de distintas perspectivas, tus cosquillas.
Las cosas que aún nos ofrezca la vida.






06 junio 2013

Habrá días.


                                                                         




No deseo vivir esperando que algo suceda, que de repente un día, abras los ojos y lo veas.
No puedo vivir sobre estos puntos suspensivos que alimentan la esperanza de lo que yo quisiera.
Me niego a despertar cada día esperando que descubras de lo que hablo, 
eso a lo que suelo referirme cuando me quedo abrazada a ti y ya no existe suelo firme.
Me voy sintiendo rendida, un poquito más cada día, las mariposas que me habitan 
han perdido el hambre, ya apenas pueden volar, ya ni siquiera saben moverse.

Mi aire se ha vuelto irrespirable, cuando pienso en ti, 
y en lo que siento que puedes darme, cuanto más intento caminar
la cima me queda más distante.
Ahora me conformo solo con saber acostumbrarme.

En esta nueva composición se me han perdido piezas, no encuentro la luz que poseía  
y no me queda nada de princesa.
Resulta que el cuento tenía un final incierto y nadie te cuenta que hay finales feos.


No puedo caminar sobre este puente quebradizo, cada escalón que subo me da un enfoque distinto, hay días de radiante sol y otros de destructor granizo
y lo peor de todo es ese color que solo depende de como yo lo pinto.
Hay días que pienso que podría mover tu mundo, 
hay días que no tengo fuerzas para mover el mío, 
hay días en que me pierdo en los pensamientos más negros 
y hay otros que incendian lo que queda de mi infierno.

Pero sé lo que quiero...
aunque sepa que no debo hacer que todo gire en torno a ello.

Me acomodo en mi posición y me recojo el pelo, cierro los ojos y me marcho 
aunque tú no puedas verlo, me lo guardo todo dentro, mastico despacio y en silencio.

Estoy escondida en mi cuerpo, la apariencia parece funcionar, por hoy permanecerá todo perfecto.

No deseo vivir esperando que veas lo especial que hay en nosotros, 
si pudiese arrancarme esta absurda venda de los ojos.
Habrá días grises en nuestro cielo, no te lo puedo negar, 
no puedo garantizarte que nada penetre en nuestra burbuja de cristal.
No seremos perfectos cada día, la vida seguirá doliendo igual, 
habrá tormentas en nuestro sótano, no te lo puedo negar.
Pero nos despertaremos cada mañana, con renovada fuerza y usadas ganas, me mirarás, te miraré, entenderemos el sentido que tiene todo esto.
Nos reiremos de lo rápido que la vida pasa por delante, y descubriré con ilusión que sé interpretar 
tus gestos, que tu piel tiene el sabor de los buenos momentos y que tu compañía contiene las alas 
con las que vuelo.

Me quedo, me llevo y dejo aquí.



Me quedo todas las sonrisas que en mi vida he contemplado,
me quedo cada una de las caricias y cada uno de los besos,
las lágrimas derramadas, porque todas tuvieron un motivo,
mis cicatrices, esas que hicieron de mí una mujer más fuerte,
me enseñaron a vivir con intensidad y construyeron quien soy.
Me quedo con las promesas, las cumplidas y las perdidas,
las cumplidas porque me enseñaron en quien confiar,
pero más si cabe las perdidas que me demostraron la inmensa fragilidad
del ser humano.

Me quedo con tu mirada, con los abrazos por la espalda, con las risas a medias y con las carcajadas,
con las mañanas de invierno a través de la ventana, con la película de los domingos por la tarde,
con las cenas improvisadas,con la pasión desenfrenada.

Me quedo con mis errores, tarde o temprano los habría cometido,
me quedo con mi particular forma de ser, con mis defectos, con mi impulso, con mi desconfianza,
con esta soledad ermitaña, con mi escala para medir a cualquiera,
con todo lo que aprendí al pasar los años, esas cosas que me hicieron perder y ganar también, me quedo sin duda con mi forma de ver la vida, ni mejor ni peor que la de otro, tan solo distinta.

Me quedo con mi capacidad para observar, con mis silencios,
con lo qué de mí hicieron las pérdidas sufridas,
me quedo con las manos que me abrazaron, con la música que escuché,
con los paisajes que mi memoria fotografió,

Me llevo mis recuerdos, todos ellos.
Me llevo mi ímpetu destructor, mi fatiga y mi cansancio, mi desplome cotidiano, mi compleja estructura.
Me llevo mis miedos, mis carencias, mi falta de paciencia, me llevo los ideales que perdí por el camino, mi decepción constante,mi aplastante exigencia, mi alma imperfecta, mi ajetreada cabeza, mis tropezones y carreras, mi incierta presencia, las cómodas opiniones de quienes no se molestaron porque no les mereció la pena, me llevo lo que sé, que pesa más de lo que creen, me llevo lo que intuyo que aún pesa más.

Me llevo el huracán de desconcierto que dirigió mi vida desde el principio, me llevo las puestas de sol, mis infinitos precipicios,me llevo esta piedra de 500 toneladas que siempre cargo a la espalda, esta falta de aire asfixiante que me acompaña a cada instante, esta carencia de todo que me hace insignificante, solo tú has conseguido salvarme, saltar la infranqueable barrera de jamás decepcionarme, solo tú le has dado luz a esta oscuridad infinita, solo por ti merece la pena la vida.

Me llevo las noches contigo, abrazados como niños, tu respirar en mi cuello,
el movimiento de tu pecho, me llevo el todo que me has dado, me llevo lo que aprendí a tu lado.

Dejo aquí mi capacidad de amar, limitada en cantidad e insuperable en calidad,
dejo aquí la pasión con que viví, la lealtad con que hice mis promesas,
la nitidez que ofrecí a quien creí la merecía.
Dejo aquí el respeto que intenté mantener siempre por el mundo en el que vivo,
dejo aquí mis disculpas, porque no hice en la vida todo lo que me propuse,
dejo aquí mis sueños de niña porque resultaron ser más difíciles de lo que creía,
dejo aquí la melodía que desde pequeña mi corazón reproducía,
una que me decía que en esta vida todo llega y todo se marchita.
Dejo aquí mi inocencia, intente no perderla a pesar de las consecuencias,
dejo aquí mi integridad que es lo que más orgullosa me hace sentir, mi honestidad
pagada demasiado cara en muchas ocasiones y sostenida a pesar de todo.

Dejo aquí mi sonrisa que jamás supo salir fingida, mi mirada transparente,
delatora hasta el final, incapaz de someterse.
Dejo mi piel, susceptible a un roce de aire, frágil y vulnerable a tus caricias y hecha de acero a los avatares de la vida, dejo mi idealismo, porque al final siendo franca de nada me sirvió,
intenté salvarlo de caer en los agujeros, intenté que sobreviviera a todos los golpes
 y lo mantuve hasta el final a pesar de saber que ya había muerto.

Habita en mi la esencia que jamás podría rendirse a la evidencia.
Maniática y terca, observadora, soberbia, mas llena de contenido que la simple apariencia.
Obsesionada con cubrir de superficie lo que se hace profundo en mi conciencia,
hecha del barro imperfecto de los que conformaron mi existencia,
llena de oscuridad y de sonrisas a medias, idealista en el fondo, pesimista en las formas.
Dejo todo aquí para acabar llegando allí donde sobrevives por ausencia,
mis palabras fueron tuyas, tus silencios fueron míos,
tu anclabas la vida con fuerza silenciosa, y yo me perdí en las comisuras de tu boca.

05 junio 2013

Mujeres cañon

Tengo una amiga que se llama Ana y que también es una superheroina.
Se marcha a Italia, pero no importa mucho que lejos vaya, nosotras estamos unidas por algo más especial.
Quiero escribirle una carta, pero no de esas de despedida, una que pueda leer de vez en cuando y la recuerde lo pequeño que es el mundo.

Carta para Ana...

Animal transformer, ¿quien podría tener un nombre de superheroe como ese?  Ella....
Caminamos por el mundo atropellados, casi siempre hechos pedazos y mal cosidos.
Pocas veces nos cruzamos con personas por las que merece la pena quedarse, yo he tenido suerte, he encontrado a varias.
Lo primero que me enganchó fue su fuerza, desde lejos uno puede sentirla como un imán.
Llevaba ese aire de claridad cubriéndola entera... con pocas personas me he reído mas de cosas serias, y con pocas he aprendido que hay quienes van cubiertos de roca y por dentro son de nubes.
Ana es de esas, de esas que uno se alegra de haber encontrado en el camino, que está tan llena de pasión y de arte que merece la pena quedarse.
Sé que poco importa el lugar del mundo donde sus botas quieran pisar, ella lo llena todo de verdad.
Allí por donde andes no olvides que son las personas como tú las que hacen la vida interesante, que me gusta haber podido encontrarte, que ya sabes que nuestros superpoderes nos hacen inmortales, que no rompas demasiados corazones y no admitas mas mascotas, que eres guapa como pocas, que cada cosa que pintas me enamora, que las charlas contigo son aún mejores a deshoras... y que las superheoinas volamos, podemos soñar, encontrarnos y emborracharnos en Roma...

Hasta pronto cañón¡

04 junio 2013

Aguas infinitas.



Las aguas de mi mar son infinitas,
crean olas gigantescas que sepultan las caricias,
ya casi no puedo recordar lo que sentía.

Caminar sin sentido, dejando que mi cuerpo se ahogue en un suspiro,
al final solo reposan los sueños que perdimos.

Se ha vuelto gris este paraíso, salen a borbotones las palabras pero no dicen nada,
inconexas y cansadas, todas las lagrimas vertidas se acomodan en mi espalda.
¿Seré....seré mañana?

Turbia agua estancada, la vida se me escurre y la fuerza se me escapa, todo pasa,
me repito una y otra vez que todo pasa, que nada dura suficiente para arrancarte el alma.
¿Y si al final de todo resulta que estaba equivocada?
Me repito a mí misma que esta herida no estará siempre abierta,
que un día olvidaré lo que ahora me atormenta,
nunca dura eternamente una ilusión y tampoco lo hace la tristeza.

Caminas por  mis sueños como si te perteneciesen,
como si fuesen más tuyos de lo que nunca fueron míos,
llenas las hojas en blanco solo con tu ausencia,
podría pasar horas eternas dibujando en mi memoria el sabor de tu presencia,
esa que augura noches frías, esa que con empeño me limitas,
esa que arrastro por la vida como si no la mereciera.

Caminas por mi tiempo como si no valiese nada,
como si el sentido de mi vida fuese esperarte aquí sentada,
no valoras nada, ni las cosas que te ofrezco ni las que a la fuerza arrancas.
No mereces las caricias que te doy, ni mereces esos huecos en la cama,
nunca te paras a pensar que soy humana, el derribo cotidiano que ensucia mis mañanas,
solo piensas en tus espacios y los aderezas con tus ganas,
yo sé que no puedo pedir nada.

Las aguas de mi mar son infinitas, a veces cálidas y casi siempre limpias,
mi amor nunca supo de prudencia y de medidas, se ahoga lentamente en tu cruel monotonía,
mi deseo nunca supo esconderse en las esquinas, nunca quise enseñarle a caminar de puntillas,
va desbocado y sin filtros, enredándose en caminos que no conducen a ningún sitio.
Si supiese donde esta la tecla que pulsar, cual es la combinación perfecta que pondrá el final.

Las aguas de mi mar son infinitas, nada puede estancarlas,
fluyen desatadas por los rincones de mi alma.