24 junio 2013

No podemos ser.




Tú y yo, no podemos ser.
No importa cuánto de nuestro esfuerzo hayamos puesto.
No importan las veces que hayamos sentido que estábamos sentados 
sobre el vórtice de nuestro ciclón.
Ya no importan las heridas que curamos ni las nuevas que abrimos.
No podemos ser.

No puede ser tanto desencuentro, tanto perderse en lugares inconexos, 
tú en tu orilla perfecta, mientras yo me siento en la opuesta.
A veces tu mirada se cruza con la mía y creo poder ver lo que sucede en tu interior, 
nos amamos como solo nosotros sabemos, en la distancia, en soledad, 
en universos distintos cubiertos de verdad. 
No es lo nuestro hacerlo como lo hacen los demás.
No podemos ser.
Por qué estamos en el mismo extremo pero de distinta cuerda, 
porque no me queda nada nuevo que ofrecerte, porque me voy más pequeña de lo que llegue 
y con el alma más remendada.
No podemos ser.
Porque es esta habitación nuestra ya no queda nadie.
Era nuestro lugar aunque casi nunca coincidimos, cuando yo llegaba, tú ya te había ido, 
me quedaba esperándote pero nunca viniste 
y estar ahí sola ya no tenía sentido.
Me voy con el amargo sabor de la derrota, 
pero lo hago fortalecida, al menos ahora sé lo que pretendo de la vida.
No quiero vivir en continua despedida, deseando que puedas ofrecerme lo que me hará sentirme viva.
No quiero recordarte la necesidad de una caricia, no tengo fuerzas para enseñarte que cosas importan 
y cuál es su medida.
Me voy sabiendo que te darás cuenta algún día de que no estorbaba tanto en ese hueco de tu vida.
No podemos ser, 
por más que mi piel se empeñó en arder,
 por más que te pude ofrecer,
Después de este volar sin saber caer. 
No podemos ser.