04 junio 2013
Aguas infinitas.
Las aguas de mi mar son infinitas,
crean olas gigantescas que sepultan las caricias,
ya casi no puedo recordar lo que sentía.
Caminar sin sentido, dejando que mi cuerpo se ahogue en un suspiro,
al final solo reposan los sueños que perdimos.
Se ha vuelto gris este paraíso, salen a borbotones las palabras pero no dicen nada,
inconexas y cansadas, todas las lagrimas vertidas se acomodan en mi espalda.
¿Seré....seré mañana?
Turbia agua estancada, la vida se me escurre y la fuerza se me escapa, todo pasa,
me repito una y otra vez que todo pasa, que nada dura suficiente para arrancarte el alma.
¿Y si al final de todo resulta que estaba equivocada?
Me repito a mí misma que esta herida no estará siempre abierta,
que un día olvidaré lo que ahora me atormenta,
nunca dura eternamente una ilusión y tampoco lo hace la tristeza.
Caminas por mis sueños como si te perteneciesen,
como si fuesen más tuyos de lo que nunca fueron míos,
llenas las hojas en blanco solo con tu ausencia,
podría pasar horas eternas dibujando en mi memoria el sabor de tu presencia,
esa que augura noches frías, esa que con empeño me limitas,
esa que arrastro por la vida como si no la mereciera.
Caminas por mi tiempo como si no valiese nada,
como si el sentido de mi vida fuese esperarte aquí sentada,
no valoras nada, ni las cosas que te ofrezco ni las que a la fuerza arrancas.
No mereces las caricias que te doy, ni mereces esos huecos en la cama,
nunca te paras a pensar que soy humana, el derribo cotidiano que ensucia mis mañanas,
solo piensas en tus espacios y los aderezas con tus ganas,
yo sé que no puedo pedir nada.
Las aguas de mi mar son infinitas, a veces cálidas y casi siempre limpias,
mi amor nunca supo de prudencia y de medidas, se ahoga lentamente en tu cruel monotonía,
mi deseo nunca supo esconderse en las esquinas, nunca quise enseñarle a caminar de puntillas,
va desbocado y sin filtros, enredándose en caminos que no conducen a ningún sitio.
Si supiese donde esta la tecla que pulsar, cual es la combinación perfecta que pondrá el final.
Las aguas de mi mar son infinitas, nada puede estancarlas,
fluyen desatadas por los rincones de mi alma.