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13 agosto 2019

Reventar los candados





Me pregunto si será más fuerte,
si habrás conseguido que se acostumbre
a los domingos por la mañana,
cada quince días, cuando tocaba.

A comprar el pan para hacerte las tostadas
al espacio infinito y a las pocas palabras.

Si has conseguido que le hagan gracia tus manías
si sabe hacerte el amor de cien maneras distintas
a la exacta misma hora
una vez cada quince días.
Si le habrás explicado ya que eres una bola de nieve
que tienes que recomponerte cada vez que algo te mueve.

Me pregunto si te querrá del mismo modo
si sabrá marcharse cuando tengas otras cosas más importantes.

Si querrá desnudarte cuando descubra tus capas
si será capaz de reírse cuando le hables de egoísmo
si cuando cubre tu piel con la suya
serás capaz de sentir lo mismo.

Me pregunto
si le habrás explicado con claridad cual es su lugar
todas las cosas que van antes de ella
y las pocas e intrascendentes que van detrás.

Que no vas a cambiar.
Que no puedes sentir.
Que a veces te asustas
y quieres huir.

Que no sabes salir despacito y con cuidado.
Que aprenda a interpretar el silencio
a guardarse las ganas
o a reventar los candados.







03 agosto 2019

El día que murió la poesía



El día que murió la poesía yo llevaba un libro escondido que no encontré 
el valor para darte.

Lo llevé durante 105 días, escondido siempre en alguna parte.

Me dio vergüenza porque era demasiado parecido a desnudarse.

El día que murió la poesía era un día como otro cualquiera,
tu llevabas una camisa rosa y yo estaba despeinada.

Pensaba en las hojas que querían ser tocadas por tus dedos
pensé en la dedicatoria de la contraportada
en las noches escribiendo con el alma fragmentada.



Lo llevé durante 105 días escondido siempre en alguna parte.

Parecía más valiente mientras lo escribía.

Tropecé en el segundo escalón porque iba caminando con un cuerpo
prestado y dentro no estaba yo.

Me había ido al rincón de pensar, mi escondite favorito.

Me retumbaba tu voz en los oídos.
Fría y cavernosa
diciendo palabras sin sentido
carentes de emoción.

Y frente al alud de hielo
mi libro y yo.

El día que murió la poesía,
la misma luz que hacia sombras
entre nosotros, se apagó.

Por fin entendí porque todos los cálculos
nos daban un error.

Encontré un cubo de basura de camino a mi nueva posición,
me pareció el lugar perfecto donde dejar el libro
y el peso que llevo en el corazón.

El día que murió la poesía
yo tenía cien paginas que hablaban de amor
pero tú ya no me querías.














27 febrero 2018

Soy más fuerte de lo que imaginaba



Soy más fuerte de lo que imaginaba.
Pensaba que era impulsiva, intensa y desproporcionada,
pero me he sorprendido a mí misma sujetando con fuerza las ganas.

Me he visto de pie sobre unas paredes derribadas 
que ahora son escombros, haciendo de suelo a la nada.

Me he visto sonriendo a la vez que me tragaba las lágrimas
que han cambiado de curso y ahora nacen hacia dentro.

Me he sorprendido al ver lo bien que maquillo las imperfecciones.

Me has dolido tanto que he aprendido a ser un gigante
escondido en los puños de tu camisa.

Todo lo que me ofreces es vértigo y el alfeizar de una cornisa.

De todas las emociones entre las que podía elegir,
elijo como escudo el amor.

No me llenaré de ira, ni de orgullo, no voy a usar el odio
como atajo para evitar el dolor.

No seré un ser frío e indiferente 

imitando las malas formas que tiene enfrente.

Resistiré con algo que tú no entiendes.

Soy más fuerte de lo que creía, 
he recibido los golpes con absoluta maestría 
y todo el dolor que me escupes
lo he transformado en poesía.

Te voy a hablar de valentía.

Si hoy fuese un frío día de enero y volviese  a encontrarme 
contigo en el mismo momento, volvería a decirte que sí.

Si hoy fuese un frío día de enero y alguien me contase a modo de profecía 
lo hondo y doloroso que sería, volvería a decir que sí mientras me toco
con cuidado las heridas.

Si tuviese que arrepentirme de algo, lo haría de los reparos, 
de haber medido los tiempos y de haber fingido ser alguien que no era 
cuando nos sorprendió la tormenta.

Todo lo demás fue elegido y volvería a repetirlo igual desde el principio.

Porque soy más fuerte de lo que imaginaba
y he transformado el dolor en un puñado de palabras.






17 mayo 2017

La diferencia


Yo, contigo.

La música lenta
la ropa en el suelo
un nudo en el ombligo.

El tiempo corriendo
la piel de gallina
las miradas
las risas
las cosquillas.

Yo, sin ti.

Una ventana empañada
Una inerte sombra a tu 
cuerpo enmarañada.

Una burbuja de aire
en las profundidades del agua.

El tiempo detenido
la piel dolorida
el parpadeo
las lágrimas
las heridas.