Soy
más fuerte de lo que imaginaba.
Pensaba
que era impulsiva, intensa y desproporcionada,
pero
me he sorprendido a mí misma sujetando con fuerza las ganas.
Me
he visto de pie sobre unas paredes derribadas
que
ahora son escombros, haciendo de suelo a la nada.
Me
he visto sonriendo a la vez que me tragaba las lágrimas
que
han cambiado de curso y ahora nacen hacia dentro.
Me
he sorprendido al ver lo bien que maquillo las imperfecciones.
Me
has dolido tanto que he aprendido a ser un gigante
escondido
en los puños de tu camisa.
Todo
lo que me ofreces es vértigo y el alfeizar de una cornisa.
De todas las emociones entre las que podía elegir,
elijo
como escudo el amor.
No me llenaré de ira, ni de orgullo, no voy a usar el odio
como
atajo para evitar el dolor.
No seré un ser frío e indiferente
imitando las malas formas que tiene enfrente.
Resistiré con algo que tú no entiendes.
Soy más fuerte de lo que creía,
he
recibido los golpes con absoluta maestría
y
todo el dolor que me escupes
lo
he transformado en poesía.
Te
voy a hablar de valentía.
Si
hoy fuese un frío día de enero y volviese a encontrarme
contigo
en el mismo momento, volvería a decirte que sí.
Si
hoy fuese un frío día de enero y alguien me contase a modo de profecía
lo
hondo y doloroso que sería, volvería a decir que sí mientras me toco
con cuidado las heridas.
con cuidado las heridas.
Si
tuviese que arrepentirme de algo, lo haría de los reparos,
de
haber medido los tiempos y de haber fingido ser alguien que no era
cuando
nos sorprendió la tormenta.
Todo
lo demás fue elegido y volvería a repetirlo igual desde el principio.
Porque soy más fuerte de lo que imaginaba
y he transformado el dolor en un puñado de palabras.
Porque soy más fuerte de lo que imaginaba
y he transformado el dolor en un puñado de palabras.