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20 febrero 2020

Lo sé


Eres la única decisión que tomé con la cabeza
por eso quizá lo estoy haciendo tan mal.

Antes de ti, escuchaba siempre el latir de mi sangre,
cuando las cosas pasaban inevitables como el aire.

Contigo nada funcionaba,
ni el cerebro ni el corazón
ni el miedo ni las ganas.

Lo sé.

Sé que no íbamos a ninguna parte,
que nos pasamos más tiempo enredados
que disfrutando del baile.

Lo sé.

Que mudaste la piel por una intocable
que no queda en tu burbuja, espacio para nadie
y este corazón idiota no tiene intención de escucharme
me incita a desear otras cosas,
como por ejemplo, respirarte.

Y me empeño en callarle
le sujeto contra el suelo y le golpeo
con argumentos racionales.

Lo sé,
que ya no iremos a ninguna parte
que mi mano sobre tus labios
ya no consigue apaciguarte
que todos nuestros empeños
riman siempre con desastre.






















28 enero 2020

Desencanto



Le he contado a una pared lo que hubiese querido contarte a ti
de haber tenido fuerza.

He venido a ser sincera.

Te mentí cuando te dije que así bastaba.

Lamento haber fingido ser alguien distinto
para que no tuvieses miedo.
Lamento el conformismo.

Me siento miserable cuando recojo las migajas
que compensan mi mentira.
La cobardía ha sido mía.

He venido a ser sincera.

He tenido tantas sensaciones encontradas,
he albergado tanta pena mal justificada.
He creído y recaído tantas veces
cuestionando y aprendiendo que facetas te mereces.

Ha llegado el desencanto,
en realidad me senté aquí a esperarlo.

He notado el cambio y he jugado
a buscar las diferencias.

Te faltan caricias, te sobran fronteras.
Me faltan costumbres, me sobra impaciencia.

Te faltan susurros , te sobra la inercia.
Me falta dureza , me sobra la lengua.

Y he sabido que ya no hay lugares mejores
que aquellos en que estuvimos.
Que solo podemos decir adiós o destruirnos.

Elijo decirte adiós sin estrepitosos ruidos
con la sinceridad que te debo y el espacio prometido.

Siento que no seamos.
Gracias por haber sido.















24 octubre 2018

Donde la pena se esconde



Hoy he ido a pasear a los oscuros rincones
dónde la pena se esconde.

A estas alturas no voy a engañarme,
mi herida tiene nombre.

Ojalá, aunque me doliese,
no supiese dónde.

Paseando tranquilamente por esos rincones
me he encontrado con quienes éramos entonces.

Yo, una pieza perdida, asustada y distante
que no quería complicarse la vida y no se fiaba de nadie.

Al otro lado un hombre que estaba dispuesto a mostrar lo mejor
de sí mismo, que respetaba mis heridas, un hombre ocupado que sacaba
para mí, cinco sonrisas cada día.

No te imaginas cuanto he sonreído mirándonos desde la lejanía.

Empezamos teniendo tres reglas sencillas:

Disfrutar.
No hacerse daño.
No decirse mentiras.

Me ha quedado un agujero que no se cierra nunca,
porque la vida ha querido meter su lengua en él.

Hoy he salido a pasear por ese recuerdo agridulce 
que protejo con firmeza; la parte bella, 
de todo este desastre, la más pequeña.

No te imaginas cuanta melancolía.
Nos he visto negociar hasta las cosas más sencillas.
Tú pedías un café que yo esquivaba con mil excusas peregrinas.

Ahora con lo que sé
me ha parecido premonitoria mi resistencia a tus envestidas.

Estaba escrito que de algún modo, darías la vuelta a mi vida.

Ahora que la miro a ella, sensible y desprevenida,
sé que soy otra mujer completamente distinta.

La magia y la claridad como cosas extintas.
La verdad como una peonza que da vueltas sin sentido.

Que te quería más de lo que decía.
Que la tuya era relativa.
Que de haber colisionado en otro universo
habrías sido el amor de mi vida.

Me bastaba el hueco más pequeño
aunque no tuviera salida.

He paseado por los rincones oscuros donde la pena se esconde, 
porque estoy más triste y más cansada
de lo que al pasar del tiempo le corresponde.

Porque sigo sin entender nada.
Porque estás demasiado cerca todavía
de la cima de mi montaña.

Porque quería llamarte y decirte que nada ha cambiado en más de mil días.

Que sigo echando de menos esas cinco sonrisas.
Que me gustaría oírte decir que has vuelto a enamorarte,
que ya sabes lo que es que las mariposas te hagan cosquillas.

Que se han iluminado nuevos lugares
con el paso de esta estrella fugaz por la oscuridad de tu orilla.

Y estrellarme en tu mar
para curarme las heridas.












27 febrero 2018

Soy más fuerte de lo que imaginaba



Soy más fuerte de lo que imaginaba.
Pensaba que era impulsiva, intensa y desproporcionada,
pero me he sorprendido a mí misma sujetando con fuerza las ganas.

Me he visto de pie sobre unas paredes derribadas 
que ahora son escombros, haciendo de suelo a la nada.

Me he visto sonriendo a la vez que me tragaba las lágrimas
que han cambiado de curso y ahora nacen hacia dentro.

Me he sorprendido al ver lo bien que maquillo las imperfecciones.

Me has dolido tanto que he aprendido a ser un gigante
escondido en los puños de tu camisa.

Todo lo que me ofreces es vértigo y el alfeizar de una cornisa.

De todas las emociones entre las que podía elegir,
elijo como escudo el amor.

No me llenaré de ira, ni de orgullo, no voy a usar el odio
como atajo para evitar el dolor.

No seré un ser frío e indiferente 

imitando las malas formas que tiene enfrente.

Resistiré con algo que tú no entiendes.

Soy más fuerte de lo que creía, 
he recibido los golpes con absoluta maestría 
y todo el dolor que me escupes
lo he transformado en poesía.

Te voy a hablar de valentía.

Si hoy fuese un frío día de enero y volviese  a encontrarme 
contigo en el mismo momento, volvería a decirte que sí.

Si hoy fuese un frío día de enero y alguien me contase a modo de profecía 
lo hondo y doloroso que sería, volvería a decir que sí mientras me toco
con cuidado las heridas.

Si tuviese que arrepentirme de algo, lo haría de los reparos, 
de haber medido los tiempos y de haber fingido ser alguien que no era 
cuando nos sorprendió la tormenta.

Todo lo demás fue elegido y volvería a repetirlo igual desde el principio.

Porque soy más fuerte de lo que imaginaba
y he transformado el dolor en un puñado de palabras.






21 febrero 2018

En el escenario equivocado

Te mentí. Lo siento.
Lo hice para no asustarte.
Quería parecerme a ti, ser gélida y distante
fui lenta en descubrir que a mí esa piel no me cabe.

El amor es importante,
es lo que queda después de todo
cuando ya nada vale.

Fui tan egoísta como tú.
Dejé las migajas y me guardé lo importante.
Fingí mejor que tú
aunque era igual de cobarde.

También tuve necesidad de agrandar el espacio,
de poner en la mesa mis defectos junto a los tuyos
y compararlos.
Mis sueños, aunque pequeños y raros
no tenían cabida en tu escenario.

También tuve miedo de ceder mi terreno
de haber pasado de ser jugador a ser el juego.
De causar destrozos con mi torpeza,
de no saber calibrar los daños,
de haber olvidado contar los golpes.

Me di cuenta de que me había enamorado de quien pensaba que podías ser,
no de quien eras.

Lo que eras, una inerte barra de acero, en la que yo daba vueltas.

Me voy despacio, sin hacer ruido.
y espero que algo te duela. 
Que te pese mi dolor sobre la escápula derecha.

Ahora sé que es imposible que sientas algo  parecido a lo bueno
o a lo malo que sentí yo contigo.

Fue demasiado desequilibrio para dos humanos asustados
que se aferran al precipicio hasta que les duelen las manos
y ven pasar la vida, a una vertical pared encaramados.

Sintiendo siempre que habitan
el escenario equivocado.













17 enero 2018

Lo de siempre



Vuelves para contarme lo de siempre,
que has dejado un pequeño agujero
para que si quiero, entre.

Vuelves para recordarme lo de siempre
que has mirado en tu interior
y con el caos alrededor
has comprendido lo que sientes.

Me río, en un acto valiente,
ante tu falta de tacto y tu laberinto evidente.

Vamos.
Lo de siempre.

Que te falta fuerza para manejar los hilos,
que la marioneta se ha hecho fuerte.

Que solo te ves a ti
y nunca lo que hay enfrente.

Vuelves para enredar los sentidos
y al final caerte
tropezando a cada paso
porque crees que lo sabes
pero en realidad no lo entiendes.

A mí tu desastre
se me hace evidente.

Que me entra el miedo 
antes de que llegues
porque ninguna de esas veces
ha sido diferente.

Has saciado el hambre
con mi carne entre los dientes.

Vamos. Lo de siempre.










02 enero 2018

Si tú fueras



Si tú fueras el silencio
yo correría por tus tímpanos
haciéndote ruido.

Si tú fueras la arena de una playa
yo sería la ola que te moja
si decidieras serlo tú
yo sería la piedra en la que chocas.

Si fueras un árbol
serías un ciprés
un árbol triste
rodeado de muros.

Si fueras una postura 
serías siempre del revés.

Si fueras un paisaje
serías un cielo del norte
si fueras cornisa
yo pasearía por el borde.

Si fueras un reloj
llegarías siempre tarde.
Si fueras terreno seco
te sembraría de tulipanes.

Si tú fueras un cuadro en mi pared
serías abstracto y oscuro,
yo te daría la vuelta 
y escribiría poemas en el reverso.

Si fueras la vía láctea
yo sería tu agujero negro.

Si fuésemos parte de algo
seríamos el centro
si fueras mi mitad
ninguno estaría entero.












16 diciembre 2017

Permeable



Descubrí que soy permeable
que su lluvia me ha calado hasta los huesos.

Me protejo buscando palabras que rimen,
palabras que acallen el ruido
cuyo significado vacío no me recuerde a nada.

Palabras mojadas que han cambiado de liquido matriz
ahora, demasiado saladas, se han podrido de raíz.

Me protejo buscando palabras que arreglen lo roto
que sirvan de parche y de acomodo, palabras sesgadas
que ya no hablan de nosotros.

Descubrí que a una piel herida
le deja sal cualquier sutil caricia.

Me protejo cambiando partes del cuento
para que nadie nos reconozca al leerlo.

Me protejo buscando palabras que rimen,
palabras cimiento que llenen el hueco.

A veces me quedo en silencio
porque creo que he malgastado tantas fuerzas
que ya no tengo.

Porque a veces rozas algo que te mueve
y tienes que volver a la quietud
pero ya no sabes
porque has aprendido a volar
y ahora el suelo
te parece inestable.

Su lluvia me ha calado hasta los huesos.
Ahora sé que soy permeable.






21 septiembre 2017

Hola desconocido




Hola desconocido, no sé si me recuerdas,
soy la mujer alada que te llevaba el desayuno los domingos.
La que se marchaba de puntillas en el momento oportuno.
La chica de manos pequeñas que te ordenaba los huesos 
para que no te dolieran.

La que se sentaba descalza en el suelo
a cubrirte de besos y a hablarte de poemas.
La chica puzle a la que siempre le faltaban piezas.

La chica que no esperaba que la quisieras.

Hola desconocido, no sabes lo que he cambiado,
me he acordado de nosotros porque el día está gris, 
lluvioso y mojado.

De todo lo que pudimos haber sido
esto es lo que hemos elegido.

Con lo bonito que es abrazarse como si el tiempo
no hubiese transcurrido.
Hablarse con ternura del amor distinto
que ahora ocupa nuestro nido.

Bajo uno a uno los peldaños de todo lo que ya no seremos
y de todo lo que fuimos.

A 50 metros, escondidos el uno del otro
50 metros que se han convertido en el precipicio más grande 
que ha existido.

Nos miramos de reojo, calculando el regreso para no encontrarnos.
Eso somos ahora, dos cobardes cabizbajos
que se han soltado sin tacto.

Algo peor que dos extraños.


Hola desconocido, no sé si recuerdas lo bueno,
si has conservado alguna de las plumas de mis vuelos.
Soy la chica que fingía ser inmune a tu veneno
la que cerraba los ojos con cada beso
la que dejaba la puerta abierta 
por si alguna vez necesitabas un hueco,
la que pretendía quererte a cambio de nada
porque a ella le bastaba con tu presencia 
en su universo.


Hola desconocido,
dí adiós conmigo 
a lo que ya no seremos.









31 agosto 2017

No me pertenece




Cometí el error de mirarme a través de tus ojos,
era preciosa mientras tus manos querían acariciarme
y me convertí en un monstruo el día que ya no quisieron hacerlo.

Me aterraba el espejo y escondía tras capas de tela 

la vergüenza de mi cuerpo.

Parecía que lo que había de bonito en mí

dependía solo de tus deseos.

Bebo. 

Hasta enterrarme la oscuridad en el pecho, pero siento que
en un vaso no entra el alcohol suficiente como para borrarte.

Uno detrás de otro, hasta que la conciencia no me pertenezca.

Siento ganas de  pedirte que me prestes tu piel una vez más,
aunque ya sepamos que prestada no sirve.

He perdido la cuenta de los vasos que amontonados frente a mí
representan la medida del esfuerzo que supone prescindir de ti.

Mi boca llora mientras mis ojos intentan sonreír
en un cambio de papeles que me convierta en la fuerte.

Un triste papel que no me pertenece.



Siento ganas de pedirte que me prestes
las palmas de tus manos para acariciarme
y usar el revés para sujetarme cuando quiera estar de pie
pero las fuerzas me falten.

Otro vaso más
y un agujero inconmensurable.

Cometí el error de ser siempre lo que tú necesitaras ver,

un muro o una llama incandescente,
por eso ahora que tus ojos no me miran
me he vuelto transparente

y llevo una piel

que no me pertenece.











02 enero 2017

Toda la imperfección


Discúlpame, si no soy todo lo correcta
que se supone debo ser.

Lamento no encajar en el molde
que me habías dispuesto.
Siento ser distinta y haberme convertido en la oveja negra.
Estaba claro que blanca no era.

Discúlpame por no ser el delfín amaestrado
que pasa por tu aro.

Encontré lugares maravillosos donde guarecerse 
de la ventisca que a veces suponen los demás.
Hay personas que se acostumbran fácilmente 
al funcionamiento de la vida sin cuestionárselo nunca
 y ser felices así.

Hay personas que se amoldan para evitar las magulladuras de la fricción.
Yo no.

Discúlpame, si no cumplo fríamente con mis obligaciones,
si no puedo ser el imán que persigue tu norte
allí donde lo pones.

Siento no tener tu mecanismo,
el dispositivo robótico que controla tu organismo.

Yo soy carne , piel y hueso,
y eso no es lo mismo.

Perdóname si lloro en un mal momento
tengo agujeros en las pupilas desde que tú
estuviste dentro,
perdóname si ardo
ahora esto es un infierno.

Siento si ahora me parezco menos al juguete predilecto
ese al que cambiabas las pilas solo con un dedo.

Siento que mis trozos te hagan ruido
cada vez que me muevo.

Que veas todas tus tinieblas
reflejadas en mi cuerpo
que tus miserias hayan echado raíz
demasiado cerca de tu centro.

No te imaginas, como lo siento.












26 noviembre 2016

Lo que sucede contigo





Quiero contarte lo que sucede cuando tu cuerpo se acerca al mío,
para que te hagas una idea de lo que ocurre contigo.

No encuentro palabras.
No creas que es sencillo describirlo.

Es lo más parecido a dejar de pertenecerse.
El mundo deja de girar, así, de repente.

El tiempo ya no corre
y podría tenerte en mi interior eternamente.

Apagas el interruptor que alimenta mi parte consciente.

Eres como un huracán que lo arrastra todo
y ya no sé manejarte.
Te siguen quedando capas que controlan lo que haces
y mi instinto me pide que provoque a tu lado salvaje.

Cuando comprendí el efecto
que tu presencia tenía en mí
apagué mis neuronas y elegí sentir.

Sé que no durará para siempre.
Que tiene caducidad, que un día todas esas locas hormonas
se sentaran a observarte en silencio y ya no saltaran.

Por eso pienso que cada minuto que tu cuerpo no está
cerca de mi cuerpo, son minutos goteando en el desierto.

-Solo nosotros sabemos hacer esto-
Me susurras al oído y yo ya he soltado el freno.

Me gustas tanto que voy desnuda a tus infiernos.

Este traje contra el fuego que llevo años construyendo
resiste los golpes pero se evapora con un beso.

Estaría en tu cama por los restos de los restos.
Pararía el mundo en tu mirada de deseo
y siempre espero que te quedes quieto cuando te tengo dentro.

A veces pienso lo que nos hemos complicado
con lo sencillo que parece todo cuando estamos pegados.

Cuando deslizas los dedos por debajo de mi ropa
se hace evidente el maremoto que provocas.

-Eso es demasiado poder-
te digo ya sin voz.

Porque no hay nada de mi cuerpo que no te pertenezca
porque en ese momento no hay nada que no quisiera darte
porque se me ocurren mil locuras que ofrecerte
nos encadenaría a tu cama y tiraría la llave.

Demasiado poder,
porque nadie más puede hacer eso.

Y encuentro en los demás lo que te falta
pero siempre tengo ganas de tu sexo.

Cada vez que volvemos a tocarnos
es mejor que la anterior y dejan de importarme
todas las cosas que hemos puesto alrededor.

En tu saliva reside la sustancia
que le resta a este desastre su importancia.

Debo confesarte que cada vez que cierro los ojos
siento tus manos pasearme
que el placer lleva tu nombre
y me da igual si el mundo arde.