31 mayo 2016

Aunque me faltes



Te echo en falta
tu presencia duele
pero duelen más las ganas.

Quiero besarte
y acariciarte
y bailar contigo
y tirarnos en el suelo
a desvelarnos los secretos.

Te echo de menos.
y añoro dolorosamente
el aroma de tu cuerpo.

Me falta tu voz
dando rodeos
y el frío polar
de las yemas de tus dedos.

Añoro la sonrisa tonta
que se instala en mi cara
cuando te veo
las palabras que no salen,
las ganas y los nervios.

Sé que soy fuerte
que podré con esto.
Que todas mis roturas
no se curan en tu cuerpo.


Pero te confieso
que el mundo es más pequeño
cuando te echo de menos.






.

28 mayo 2016

Convicción



Deberíamos habernos confesado los secretos aquella primera noche
cuando aún estábamos limpios.
Entre una ginebra y otra habríamos podido reconocer todo lo que no haríamos, 
cuanto terreno no estábamos dispuestos a ceder y todas las cosas que no serían posibles
entre nosotros.

No te dije que a veces me ilusiono tontamente con pequeñas cosas y que el equilibrio 
de mi racionalidad es poco fiable.
Que doy la impresión de poder con todo, pero luego me acurruco en mi universo
para esconderme de la realidad que represento.

Tú no dijiste que en tu intento de restauración olvidaste trozos en el suelo,
que parecía que renacías pero era solo el intento.

Eramos pedazos de algo que un día estuvo entero y eso se nota,
pero se nota luego.
Deberíamos haber caminado más lento y fijarnos mejor en lo que íbamos viendo.

No te dije que detrás de tanto desperfecto quedaba idealismo.
Que no sé bucear en un cuerpo si no me enamoro de lo que hay dentro,
y que todos los chapuzones que me di en el tuyo escondían un amor sin argumentos.

Aquella noche debiste advertirme que no dejarías que nadie te quisiera
que aquella noche solo era la mágica excepción a un mundo repleto de barreras y de carteles
de prohibido pasar.

No dijiste que te daba miedo ser quien eras,
que había cerca de ti un considerable riesgo de derrumbe.

Solo dijiste  - Quédate a dormir -
y yo sonreí y le quité importancia a nuestra complejidad, convencida
de que no existe alma que no se pueda reparar.

Aquella noche nos contamos algunas verdades, veladas inevitablemente por el pretexto
de parecer interesantes.
Yo te hablaba de reconstrucción con los cimientos a medio hacer y tú me hablabas de playas
que de sobra sabías que no podríamos recorrer.

Deberíamos habernos confesado aquella noche en vez de parecer penitentes avergonzados
que no son capaces de describir correctamente sus pecados.

Solo dije - No me duelas -
y tú sonreíste  quitándole importancia a lo que estaba por nacer
convencido de que no existía alma que no puedas romper.






















27 mayo 2016

Lo que debes



Cogerme fuerte de la mano porque has notado
que tengo miedo.

Dejar que te abrace tan fuerte
que se unan las piezas que llevas sueltas.

Despertarme a besos una mañana
deseando que haya otras cuantas.

Decir lo que sientes en alto
arriesgándote a perderme.

Salir corriendo a buscarme
porque no has tenido suficiente.

Pasear por las calles y no esconderte cuando llueve
quitarse la coraza por partes y no esconderte cuando duele.

Decir adiós con valentía a quien un día te hizo fuerte.

Recoger los trozos de lo que has roto
y depositarlos con cuidado
por si algún otro quiere juntarlos,
no soplar sobre ellos hasta desperdigarlos.

Soportar valientemente el daño causado
cuando vuelve.

Que los demás te hagan de escudo cuando el viento sopla fuerte.

Todas esas cosas
siento que me debes.










26 mayo 2016

Como siempre



No hacemos las cosas bien
las hacemos igual que siempre
y así sucede,
volvemos a chocar con las mismas paredes.

Hagamos algo distinto. Abramos ventanas allí
en esa pared del fondo donde suelo golpearme la cabeza.

Hagamos algo distinto,
cambiemos de sitio,
rindámosle un homenaje a la improvisación
cambiando el orden del final hasta el inicio.

Acabemos empezando
y si te guardas tus telas de araña
yo le pongo puentes a mi precipicio.

No hacemos las cosas bien
las hacemos como siempre,
defendiendo una posición
que cambia constantemente.

Estamos viejos para cambiarnos
y nos sentimos cómodos así,
desperdigados,
rodeados de vacío en el espacio
tragando lo que nos rodea
como agujeros negros desproporcionados.

Hagamos algo diferente
empecemos desde el final
hasta llegar al principio nuevamente.

Y en lugar de decir adiós
te diré  -Hola, encantada de conocerte-








24 mayo 2016

Menos verdad














Esto no te va a gustar.
Pero eso no lo hará menos verdad.

Te quise.
Y usaste ese cariño para cubrir tus cicatrices,
te hiciste cómodo porque era fácil volver a mí
y que nos hicieran de brújula tus antojos.

Te quise.
Y usaste ese cariño para desvestirme.
Me quedaba paralizada
mirando esos ojos tristes
mientras tus ansias me devoraban
y tu cuerpo me hacía eclipse.

Te quise.
Tantas veces te perdoné
como veces te fuiste,
para no olvidarlo
sembré semillas
en las heridas que me abriste.


Te quise.
y utilizaste ese cariño en mi contra
para que no me faltaran cosas
de las que poder arrepentirme.

Esto no te va a gustar.
Pero lo hiciste inevitable.

Fuiste egoísta, frío y miserable.
No dejaste nada bueno que pudiera llevarme.

Te quise.
Y a pesar de la metralla y de los golpes
yo lo hice indestructible.

Porque yo era fuerte y mis sentimientos creibles.

Tienes las de perder
porque tú eres corpóreo y yo soy intangible.


22 mayo 2016

Certezas inquietas



Tengo certezas inquietas
y certeras dudas abarrotadas
en mi cabeza.

Cuando quiero dar un paso hacía delante
me tiemblan las piernas,
caminar hacía atrás nunca contó como destreza,
y como temo caminar, me quedo quieta.

En este lugar neutral
donde nada pasa y nada llega.

No quiero volver allí
pero tampoco sé marcharme
y los demás caminan deprisa
en dirección a alguna parte.

Los observo anclada al suelo
en el estado de quietud
de un animal indefenso.

Entre la multitud parezco disperso
oculto entre tanto movimiento
ellos parecen explosiones de colores
y a su lado yo me veo ceniciento.

Tengo certezas inquietas
que se dividen en direcciones opuestas
y certeras dudas que suelen quedarse
sin respuesta.

Tengo un corazón que se resiste
a su propia naturaleza
y los pies enterrados en lo profundo de la arena.

















19 mayo 2016

Cuando fuimos cristalinos



Una nube flotando cargada de peso
se ha llenado de agua y ya solo quiere llover.

Dormí vestida la primera vez
como anticipo extravagante
a mi continua desnudez,
tela y más tela como barrera ante tu piel.

También fui distante y arisca
como advertencia genuina al devenir
de las caricias.

Un soplido sutil que soñaba ser ventisca.

El deseo me rozaba las caderas
y yo tensaba mi espalda, para que te rindieras
para que te apartaras, con la sola intención
de apaciguar tus ganas.

Para que no nos doliese nada por la mañana.


Tengo que confesarte que ya no vuelo como antes.
que me pesa el cuerpo y la conciencia
porque quería que volaras conmigo,
que la vida no nos quedara grande.
Me he vuelto aburrida, intensa y cargante
se me ve la vida a través de las heridas
y ya no engaño a nadie.

Ahora también soy cobarde
me molesta que quieran descolocarme
y he adquirido cosas de ti
que no consigo arrancarme.

Ganaste a todos los juegos,
llegaste el primero a la casilla final
y yo arrastrando el cariño
estaba aún sin empezar.

Felicidades, lo has conseguido,
ojalá conserves algo de aquel brillo que arrebataste
cuando fuimos cristalinos.











Toca



Te voy a contar un secreto,
tus estrategias se ven de lejos.

Si supieras la de veces al día que alguien ofende mi intelecto.

Me río sola, porque podría hacer un manual de comportamiento
y un mapa de laberintos de tu cerebro.

Toca muro, toca desierto.
Toca acercarse, toca silencio.

Soy un desastre en casi todo
pero no me ganas a mi juego.

Llevo años esperando a que me digas lo que veo.

Toca cercanía, toca irse lejos.
Toca barandilla, tocan recovecos.

Toca música, toca reírnos.
Tocas mi cuerpo, tocan abismos.

Si supieras la de veces al día que veo a la gente mintiendo.
Todavía no has entendido lo bien que interpreto.

Te voy a contar un secreto.
Estar normal no es esto.

Esto es silencio, cargado de cobardía
permitiendo que pase el tiempo.

Esto es miedo.
Es egoísmo.

Es pretender que las personas sean piezas de ajedrez,
que permanezcan en el escaque en que tú las quieras poner.

Te voy a contar un secreto,
no hace falta que digas nada,
ya lo veo asomarse entre tu silencio.












17 mayo 2016

... y te acuerdes de mí



No dices nada porque no tienes nada que decir.
Crees que basta con ese muro que levantas.

Recojo mis cosas en silencio
con una mezcla de pena y rabia
a la que no sé ponerle nombre.

Voy haciendo pasar por mi garganta
todas las frases que me llevo conmigo.

¿ Dónde encuentro el equilibrio ?

No dices nada.

Porque eres cobarde desde el principio.

Y a mi ya no me importa tu silencio,
estoy construyendo el mío.

Te comportas como un desconocido,
tapando el sol con los dedos porque a ti te gusta el frío.

Se han roto tantas cosas en mí
que decirlo en alto me da miedo,
por eso recojo mis cosas en silencio.

Ojalá un día te abrase una caricia,
y te acuerdes de mí.

Ojalá un día alguien te sople las heridas
y te acuerdes de mí.

Ojalá un día lo entiendas
y te acuerdes de mí.





13 mayo 2016

Ojos apagados




Me he encontrado a la altura de unos ojos que no me estaban mirando,
unos ojos cansados que miraban a través de mí.

Me apagué siendo un punto incierto de su trayectoria,
me apagué sin la luz que proyectaban al chocar contra mi cuerpo.

Si él supiera cuánto los echo de menos.

Esos ojos en los que giraban en absoluto desconcierto
millones de universos.
Esos ojos que gritaban cuando él se encerraba en su silencio.

Me he chocado contra una mirada que ya no guarda nada
que ya no brilla ni baila
que ahora es un estanque vacío que se ha tragado el agua.

Agacho los míos con tristeza para no enfrentarme a los suyos
convertidos en cueva.

Aquellos que se encendían al ritmo del contoneo de mis caderas.

Los cerrabas despacio al contacto de tu piel con mis manos
los abrías brillando en el pasear sosegado de mi boca por tus barrancos.

Me he encontrado frente a unos ojos que no me estaban mirando,
acostumbrados a la tristeza de que siempre les falte algo.

Echo de menos esos ojos que me miraban absortos desde abajo
cuando tu cuerpo sumergido en el mío te mostraba los atajos.

Echo de menos esos ojos que se iluminaban al verme
unos ojos que ahora atraviesan mi presencia
descomponiendo los átomos de mi materia.

Unos ojos cansados que ya no prenden fuego
y me apagué sin la luz que proyectaban al chocar contra mi cuerpo.









Ocupando espacio

Detesto tus verdades,
esas que saben amargas,
las tengo todas atravesadas
en la garganta.

Ya no podría tragarme más.

Mientras logramos no chocar
yo puedo seguir volando.

Tu evidencia es un veneno 
que me transforma en alguien que no quiero ser.

Tus cuerdas me aprietan en la vida,
no lo ves pero soy más bonita 
allí donde no miras.

He decidido quedarme con el recuerdo
de dos seres preciosos coincidiendo.
Tirados por el suelo en un piso de alquiler,
contándose las penas y cosiéndose a la vez.

La realidad ya no podemos mejorarla
hemos visto desnudos nuestros cuerpos
y nuestra sustancia.

Nos hemos asomado a las ventanas.
No podemos darnos nada.

A ti siempre te sobra algo
yo siempre estoy echando en falta.

Es mi privilegio no permitir
que nos rompamos
elijo ser libre y liberarte
de este cariño destartalado
que solo estaba ocupando espacio.

.



12 mayo 2016

Como antes



Tengo miedo de estas espinas que ahora cubren nuestra piel
impiden que me acerque y marcan la distancia
terminada en no volver.

No saber comprender
dónde está el punto exacto
que nos remiende el ayer.

¿A cuantos pasos  se alcanza el equilibrio?
¿Cuál es tu territorio ? ¿Dónde está mi sitio ?

Tengo miedo de esta nada
que ahora es nuestra casa.

No sé hablarte como antes
y no he sido capaz de inventar
un nuevo lenguaje.
Ha crecido musgo
en las brechas por las cuales
entraba el aire.

No sé mirarte como antes
y esquivo tus ojos de un modo cobarde
porque era en aquella oscuridad
donde acabé por enredarme.

Y ya no sé leerte como antes,
cuando descendía sin oxígeno a tus fondos abisales.
Y ya no sé comprenderte como antes
cuando todo se arreglaba con mirarte,
cuando en ese folio en blanco que tú eres,
yo dibujaba las señales.

Ya no sé quererte como antes
y la sonrisa y las chispas
ya no saben asomarse.








11 mayo 2016

Mi teoría del caos


Otro final para esta historia



Olvidas que soy escritora,
que perfectamente puedo inventar otro final
para esta historia.

Que no preciso tu parte del cuento,
que la realidad es demasiado vulgar
y cuando te escribo eres perfecto.

Que en los recónditos lugares
que mi imaginación gobierna
tu piel es un espejo
donde no encajan las piezas.

No olvides que tengo esto,
estas páginas en blanco para construir un universo.
No necesito tu parte del cuento.

Me has dado inspiración para
ochocientos versos.

Olvidas que soy escritora,
que perfectamente puedo inventar otro final
para esta historia.

Y ahora, discúlpame si te dejo,
voy a comerte a besos,
voy a cerrar los ojos y a quedarme dentro,
a mejorar tu tacto y ralentizar tus tiempos.

En mi poderoso universo te he convertido en objeto
y nada puedes hacer para cambiar lo que siento.







Almas cercenadas



       Nuestras almas tan distintas
que no encontraron 
       un lenguaje en el que hablarse.
Cuando las caricias que se daban
       no llegaron para entenderse
se quedaron en silencio sin moverse,
            como frágiles seres
que se precipitan al vacío
                     irremediablemente.

              Nuestras almas
construidas con materiales diferentes
         no sabían fundirse
              ni sabían repelerse
y permanecieron mudas
          a una distancia prudente.

          Devorados por esta nada
atrapada entre los dientes
         confundimos alejarse con perderse.

Nuestras almas cercenadas
                     pidiendo ayuda a gritos por dentro
y hacía fuera una lengua callada.

Destinadas a la soledad y a la distancia.



             









09 mayo 2016

Uno más, simplemente


Entre el humo y la distancia
se están haciendo borrosos
los recuerdos.

Ya no puedo distinguir
lo soñado de lo cierto.

Con los ojos vendados, 
corriendo detrás de un sentimiento
y mi alma distante
seccionada de mi cuerpo.

Entre el humo y la distancia
nunca llego.

Ya no se distinguir las caricias
de los golpes
y cualquier soplo de aire
me cuenta como roce.

Has parpadeado
y ya no me conoces.

Me he encontrado frente a ti
separados por esas nubes que ya no son de tormenta.

Nubes ligeras que te hacen borroso.

Ya sabemos que no lloverá.

Ya no eras tan guapo.
Ya no me parecías interesante.
Ninguna bola en el estómago
aplastándome los órganos vitales.

Tú, igual de distante
ahora sin el filtro que el deseo
me ponía delante.

Pareces más frío y egoísta
que profundo e impactante.

Uno más, simplemente,
de la masa impersonal que es la gente.

Uno más, sin todos los rasgos bellos
que te inventaba, sin cegueras tontas
que confundan una coraza con unas alas.

Otro puntito más en esta gris mezcolanza.

Me he empeñado en buscar esas cosas
que antes sin querer encontraba.

Ya no estaban.

Y me ha dolido menos tu pasividad
que la certeza de esa falta.








08 mayo 2016

Añoro



Añoro
esos pozos vacíos
que parecían ojos
y esos andamios mal apoyados
que eran tus brazos.

Esa jaula de aves paradisíacas
que componían tu cabeza,
tu clima helado y tus quimeras.

Añoro
abrir tus hojas y leerlas
con los dedos,
caminar a ciegas
por tus desfiladeros.

Caer al vació
y despertar contigo
porque solo era un sueño.

Añoro
esa mirada interrogante
que prefería suponer a preguntarte
y aquella boca que cada vez
que me besaba,
sin darse cuenta
hacía arte.





Animales impulsivos



Anoche bebí y fumé demasiado.

Tal vez intentando destruir algo que llevo dentro, una especie
nueva de rabia que no había tenido antes.

Me levanto tarde, con la cara demacrada y una máscara abstracta de maquillaje.
Me detengo despeinada y desnuda frente al espejo de mi habitación.

Soy un animal herido incapaz de razonar dónde le duele, por fuera, en cambio
parezco demoledora y contundente.

Un animal impulsivo que ataca cuando está asustado.

Me quedo ahí paralizada, viendo mi imagen reflejada.

Me pregunto si hay indicios visibles de la extinción que sucede en mi interior.
Parece que no.

Preparo café, más humo, ceniceros llenos y copas vacías
y entre todo eso una función teatral que simula la vida.

Enciendo el móvil, te busco, aumento radical de latidos por minuto.

No tengo nada que decirte, o demasiadas cosas tal vez.
- ¡ Imbécil !-
Esa es la palabra que lo resume todo.

Me arrepiento al instante, no tengo tu indiferencia
ni tu capacidad de aguante.
Y ahora tengo un peso nuevo que no tenía antes.
Es el que siente, el que suele equivocarse.

No quiero darte pistas de la ubicación del desastre
y me enfundo en esta coraza que utilizo para olvidarte.

Es el comienzo de un nuevo día que será una raya más en
mi calendario de días soportados sin ti.

Hasta que por fin un día ya no recuerde quien eres
y sea un animal herido que ya sabe porque le duele.










06 mayo 2016

Hacerlo bien



Lo hacemos bien.

Con toda esa basura que ha traído el huracán
con todas esas cosas viejas almacenadas en el desván.
Con la pena dibujada en la sonrisa
y una botella cerrada que olvidamos con las prisas.

Lo hacemos bien.

Alejados.
Reparando los cimientos y el tejado.
Respirando.

Entendiendo la tendencia a desgarrarnos.

Lo hacemos bien.

Con todas esas ganas descompensadas
con los nudos, los enredos y las marañas.

Con el peso correcto equilibrando la balanza.

Lo hacemos bien en la distancia.

Dejando que el otro al fin se vaya.
No pretendiendo que un pez pueda volar
ni ahogar los pájaros en las entrañas.

Lo hacemos bien
al respirar cada mañana.

Por ser valientes y no sembrar
donde nunca crece nada.




05 mayo 2016

El aliento ajeno


Nos encontramos un día
en un sendero retorcido y estrecho
volviendo cada uno de nuestro infierno.

Recogiendo pedazos desperdigados por el suelo.

Y nos agarramos fuerte
atenazados por el miedo.

Cuando estás perdido
te sirve de guía
cualquier aliento ajeno.

Llevábamos tanto tiempo a oscuras
que eramos casi ciegos,
torpes y descoordinados
como hojas secas
balanceadas con el viento.

Estrepitosamente su soledad
chocó con la mía
y en ese big ban nació
nuestro punto de partida.

Durante un rato
caminamos juntos
buscando la salida
él queriendo volver al principio
y yo sabiendo que no existía.

Nos convencimos tanto
que nos creímos nuestras mentiras
al gesto vacío del otro
llamábamos compañía.

Una noche mientras él dormía
me subí a lo alto de un árbol y divisé la salida.

Él no quiso escapar
Se quedó buscando el punto de partida
y yo me fui
porque ya sabía que no existía.













04 mayo 2016

La piedra más bonita



Nunca supe emerger sin tocar el fondo.
Necesité siempre del impulso que el suelo proporciona.

No sabía distinguir la verdad de un espejismo
si no tocaba con los dedos las paredes del abismo.

Hay quienes frenan ante la advertencia
y otros que si no sangramos no lo llamamos experiencia.


Necesité ser ceniza tantas veces
y dejarme llevar por el viento
porque solo veo claridad
si he caído de bruces contra el suelo.

Suelo ganar más cuando pierdo
se me da muy bien coleccionar fracasos
y almacenarlos dentro.

No me atenaza el temor si con él aprendo.

No te preocupes demasiado.
Solo ha sido un mal rato.

Una jornada complicada
en un viaje muy largo.

Suelo elegir el tropiezo y la caída
porque soy mala en el salto.

Solo tienes que decirme
-Mira que piedra más bonita-
y ya estoy tropezando.












Párpados cerrados




Ay, decepción
que pronto has llegado
yo vestido de domingo
con las flores en un ramo
y ella lejos y desnuda
acunada en otras manos.

Ay, quebranto
que alto estás hablando
yo cubierto de su esencia
me voy tambaleando
mientras ella lejos
con firmeza caminando.

Ay soledad
que vacío me has dejado
yo viviendo en sus pestañas
a sus pupilas engarzado
mientras ella en la distancia
tiene los párpados cerrados.




03 mayo 2016

Las dimensiones del muro


Estás poniendo demasiadas piedras a ese muro
sin preguntarte siquiera si hay alguien fuera que lo quiera saltar.


Solo quería decirte que puedes parar,
que ya no formo parte de las dianas a las que sueles disparar
que yo soy de otra especie y mis sentimientos hablan un idioma
que tú no puedes traducir.

No te cansas de huir pero nada te persigue,
es de ti de lo que intentas escapar y eso es imposible.

Otra piedra más.
Una inmensa confusión cuando te miro, refugiado en tu rincón
inmóvil y escondido, desde fuera se te ve asustado como un niño.

Puedes parar.

Todas esas piedras te harán de sepultura.

A veces me acerco para intentar quitar alguna
pero crees que soy el enemigo, recargas el arma y me apuntas.

Puedes parar

Pese a lo que pienses no lo he sido nunca.

Pero cada vez que regreso asustada me pregunto
porqué nunca disparas.

Otra piedra más.
Me parecen demasiadas.

Puedes parar.

Al otro lado no queda nadie
y dentro tampoco queda nada.





Tienes razón



Tienes razón.
Me falta crudeza.

Decoro tanto todo,
y escondo el fondo entre sutiles apariencias.

Me pides claridad y me pides evidencia,
a mí que soy la silueta que averiguas en la niebla.

Jamás supe ser concreta,
y creo que las palabras le restan
magia a la experiencia.

Tienes razón,
la impulsiva era yo.

Tú lo que tienes son ganas
yo lo que evito es caer.

Tienes razón,
soy una idiota.
Tienes razón,
es caprichoso.
Es nuestra elección
lo que hagamos de nosotros.

Tienes razón.
Debo ser más clara.
Más concisa.

Quiero el tiempo y el espacio
que aún no me he tomado.
Encontrar un refugio
que no hayas conquistado.

Quiero mirarte como te miraba antes
cuando estabas por descubrir
y te inventaba cualidades.

Quiero arrancarme esta piel usada
que me ha restado transparencia,
ajada y malherida
tras el paso de tus huellas.








Una silueta en la arena mojada




Me he venido a la playa a sumergir en el agua salada
las huellas de una pena mal curada.

Quería estar sola y caminar por la orilla.

Siempre llevo conmigo las hojas en blanco
esperando llenarlas con todas esas cosas que tengo atascadas.

Estoy preocupada, desde hace un tiempo no me inspira nada.

Imagino a mis musas vapuleadas, intentando ponerse de pie
mientras las olas las derriban.

Intento convencerme de que es imposible que se me hayan
agotado las palabras.

Me siento en la arena mojada y al mirar a la linea horizontal que separa los azules
me doy cuenta de que son menos azules de lo que eran.
El aire húmedo y frío de abril en una playa es menos húmedo y menos frío de lo que era.

Y dudo si seré aquella mujer de nuevo,
dudo si podré ser otra mejor o solo seré su sombra.

Anochece y me ha sorprendido la oscuridad  en la misma posición.

A cien metros de mí una silueta sentada sobre arena mojada, como yo.

Imagino una ficticia conversación en la que me aproximo y pregunto:
-¿Tú que tienes roto?-
Porque algo tienes roto si te sientas de noche sobre la arena mojada 
y se te pasan las horas sin darte cuenta con la mirada perdida en una línea imaginaria.

Me incorporo lentamente con los huesos entumecidos de la postura y el frío
y no sé si quiero irme a ningún sitio.

Me he venido a una playa, como hacía de niña cuando la vida me asustaba
y creía que no había nada que el agua salada no limpiara.

Tendré que acostumbrarme a este azul menos intenso
y a este frío moderado.

Quería estar sola y caminar por la orilla.
Ordenar las ideas para que me entraran en la vida.

Me alejo poco a poco de esa silueta sobre la arena mojada
que se queda en quietud fijada a esa línea imaginaria.



















02 mayo 2016

Almas que rocé



Esas almas que rocé
de una belleza insólita
oculta bajo la piel
me acompañan en este viaje
que es la existencia
aunque su presencia ya no esté.

Aquellas almas que rocé
que se lanzaban al vacío
sin comprobar la red
salpicaban estrellas
y si el viento soplaba fuerte
te hacían de pared.

Esas personas bonitas
que se quedan dentro
aunque la vida en su constante bamboleo
las aleje de ti sin remedio.

Esas almas que rocé
esas que a paso perfecto
caminan a menudo por mis recuerdos,
sembraron luz en un instante
y no existe oscuridad desde entonces.

Esas almas que se quedaron ancladas
simplemente
con su roce.