Entre el humo y la distancia
se están haciendo borrosos
los recuerdos.
Ya no puedo distinguir
lo soñado de lo cierto.
Con los ojos vendados,
corriendo detrás de un sentimiento
y mi alma distante
seccionada de mi cuerpo.
Entre el humo y la distancia
nunca llego.
Ya no se distinguir las caricias
de los golpes
y cualquier soplo de aire
me cuenta como roce.
Has parpadeado
y ya no me conoces.
Me he encontrado frente a ti
separados por esas nubes que ya no son de tormenta.
Nubes ligeras que te hacen borroso.
Ya sabemos que no lloverá.
Ya sabemos que no lloverá.
Ya no eras tan guapo.
Ya no me parecías interesante.
Ninguna bola en el estómago
aplastándome los órganos vitales.
Tú, igual de distante
ahora sin el filtro que el deseo
me ponía delante.
Pareces más frío y egoísta
que profundo e impactante.
Uno más, simplemente,
de la masa impersonal que es la gente.
Uno más, sin todos los rasgos bellos
que te inventaba, sin cegueras tontas
que confundan una coraza con unas alas.
Otro puntito más en esta gris mezcolanza.
Me he empeñado en buscar esas cosas
que antes sin querer encontraba.
Ya no estaban.
Y me ha dolido menos tu pasividad