Tengo miedo de estas espinas que ahora cubren nuestra piel
impiden que me acerque y marcan la distancia
terminada en no volver.
No saber comprender
dónde está el punto exacto
que nos remiende el ayer.
¿A cuantos pasos se alcanza el equilibrio?
¿Cuál es tu territorio ? ¿Dónde está mi sitio ?
Tengo miedo de esta nada
que ahora es nuestra casa.
No sé hablarte como antes
y no he sido capaz de inventar
un nuevo lenguaje.
Ha crecido musgo
en las brechas por las cuales
entraba el aire.
No sé mirarte como antes
y esquivo tus ojos de un modo cobarde
porque era en aquella oscuridad
donde acabé por enredarme.
Y ya no sé leerte como antes,
cuando descendía sin oxígeno a tus fondos abisales.
Y ya no sé comprenderte como antes
cuando todo se arreglaba con mirarte,
cuando en ese folio en blanco que tú eres,
yo dibujaba las señales.
Ya no sé quererte como antes
Y ya no sé comprenderte como antes
cuando todo se arreglaba con mirarte,
cuando en ese folio en blanco que tú eres,
yo dibujaba las señales.
Ya no sé quererte como antes
y la sonrisa y las chispas
ya no saben asomarse.