19 mayo 2016
Cuando fuimos cristalinos
Una nube flotando cargada de peso
se ha llenado de agua y ya solo quiere llover.
Dormí vestida la primera vez
como anticipo extravagante
a mi continua desnudez,
tela y más tela como barrera ante tu piel.
También fui distante y arisca
como advertencia genuina al devenir
de las caricias.
Un soplido sutil que soñaba ser ventisca.
El deseo me rozaba las caderas
y yo tensaba mi espalda, para que te rindieras
para que te apartaras, con la sola intención
de apaciguar tus ganas.
Para que no nos doliese nada por la mañana.
Tengo que confesarte que ya no vuelo como antes.
que me pesa el cuerpo y la conciencia
porque quería que volaras conmigo,
que la vida no nos quedara grande.
Me he vuelto aburrida, intensa y cargante
se me ve la vida a través de las heridas
y ya no engaño a nadie.
Ahora también soy cobarde
me molesta que quieran descolocarme
y he adquirido cosas de ti
que no consigo arrancarme.
Ganaste a todos los juegos,
llegaste el primero a la casilla final
y yo arrastrando el cariño
estaba aún sin empezar.
Felicidades, lo has conseguido,
ojalá conserves algo de aquel brillo que arrebataste
cuando fuimos cristalinos.