02 enero 2017

Toda la imperfección


Discúlpame, si no soy todo lo correcta
que se supone debo ser.

Lamento no encajar en el molde
que me habías dispuesto.
Siento ser distinta y haberme convertido en la oveja negra.
Estaba claro que blanca no era.

Discúlpame por no ser el delfín amaestrado
que pasa por tu aro.

Encontré lugares maravillosos donde guarecerse 
de la ventisca que a veces suponen los demás.
Hay personas que se acostumbran fácilmente 
al funcionamiento de la vida sin cuestionárselo nunca
 y ser felices así.

Hay personas que se amoldan para evitar las magulladuras de la fricción.
Yo no.

Discúlpame, si no cumplo fríamente con mis obligaciones,
si no puedo ser el imán que persigue tu norte
allí donde lo pones.

Siento no tener tu mecanismo,
el dispositivo robótico que controla tu organismo.

Yo soy carne , piel y hueso,
y eso no es lo mismo.

Perdóname si lloro en un mal momento
tengo agujeros en las pupilas desde que tú
estuviste dentro,
perdóname si ardo
ahora esto es un infierno.

Siento si ahora me parezco menos al juguete predilecto
ese al que cambiabas las pilas solo con un dedo.

Siento que mis trozos te hagan ruido
cada vez que me muevo.

Que veas todas tus tinieblas
reflejadas en mi cuerpo
que tus miserias hayan echado raíz
demasiado cerca de tu centro.

No te imaginas, como lo siento.