Cierro los ojos y vuelvo a besarte, calculando la distancia
que ahora dista entre nosotros.
En los sueños no hay consecuencias,
mi lengua es libre de abrazarse con tu lengua,
nos sentamos en el suelo con las piernas enredadas,
y nos vamos exprimiendo como dos medias naranjas.
Han llegado tarde y se esfuerzan en juntarse
pero saben que no encajan.
Nos miramos asustados, desvencijados por las ganas
intentando desgarrarnos de una forma más calmada.
Aprieto las piernas, rezando para que no notes nada
las aplastantes evidencias de que sigo siendo humana.
Te digo frases tontas.
Lo que rompamos, lo arreglaremos mañana.
Cierro los ojos y vuelvo a besarte, porque mis recuerdos
se han anclado en alguna parte.
En mis sueños no hay errores, ni sentimientos variables
perdemos la resistencia dando vueltas en un baile.
Tu copa está vacía y la mía aún está llena
no puedo tragar con el alma en la garganta,
me miras fijamente con esos pozos sin fondo que te hacen de ojos
y yo suplico a mis adentros ser más fuerte, más valiente
y enfrentarme sin coraza a lo que sientes.
Cierro los ojos y vuelvo a besarte como entonces.
Con el intenso golpear de los latidos en la sien,
con el mismo amor desproporcionado que no supe dónde meter,
con el miedo incrustado bajo cada fibra de mi piel.
Demasiado pequeña y demasiado asustada para comprender
que es tan efímero el momento como doloroso el después.
Y te vuelvo a ver
como eras entonces
antes de doler
y vuelvo a besarte
con el alma en el aire
como la primera vez.
que ahora dista entre nosotros.
En los sueños no hay consecuencias,
mi lengua es libre de abrazarse con tu lengua,
nos sentamos en el suelo con las piernas enredadas,
y nos vamos exprimiendo como dos medias naranjas.
Han llegado tarde y se esfuerzan en juntarse
pero saben que no encajan.
Nos miramos asustados, desvencijados por las ganas
intentando desgarrarnos de una forma más calmada.
Aprieto las piernas, rezando para que no notes nada
las aplastantes evidencias de que sigo siendo humana.
Te digo frases tontas.
Lo que rompamos, lo arreglaremos mañana.
Cierro los ojos y vuelvo a besarte, porque mis recuerdos
se han anclado en alguna parte.
En mis sueños no hay errores, ni sentimientos variables
perdemos la resistencia dando vueltas en un baile.
Tu copa está vacía y la mía aún está llena
no puedo tragar con el alma en la garganta,
me miras fijamente con esos pozos sin fondo que te hacen de ojos
y yo suplico a mis adentros ser más fuerte, más valiente
y enfrentarme sin coraza a lo que sientes.
Cierro los ojos y vuelvo a besarte como entonces.
Con el intenso golpear de los latidos en la sien,
con el mismo amor desproporcionado que no supe dónde meter,
con el miedo incrustado bajo cada fibra de mi piel.
Demasiado pequeña y demasiado asustada para comprender
que es tan efímero el momento como doloroso el después.
Y te vuelvo a ver
como eras entonces
antes de doler
y vuelvo a besarte
con el alma en el aire
como la primera vez.