17 enero 2017

Palabras ajenas




Buenas noches almas mías.
Hoy quería contaros muchas cosas, quería escribir de la nostalgia que estaba empezando a sentir porque se aproximaba la fecha de un aniversario que ya no debería recordar.

Quería escribir sobre esta chica fuerte en la que me estoy transformando últimamente.

Contaros que he decidido conocer a algunas personas a las que nunca había dado una oportunidad, y que me han sorprendido gratamente.

Contaros de una forma bonita que tengo algunas heridas mal cicatrizadas que en días como hoy sangran y lo manchan todo.

Pero algo me ha dejado sin nada que contaros.

Solo me nacía decir hasta luego.
Salir de este lugar y borrar las huellas.

Me he resistido mucho, quizás durante demasiado tiempo, a reconocer que de algún
modo también me han quitado esto.

Esto era un refugio desde el principio, desde que era muy pequeña y mientras los demás jugaban, yo me sentaba en un rincón con mi cuaderno.

Escribir siempre fue el refugio.
Eso era tener un alma discordante.

Vaciarse en un lugar que no manchara a nadie.

Agradezco a todas las personas que visitan mi rincón que dediquen un trozo de su tiempo a leerme, porque eso es un privilegio y un regalo.

Agradezco a quienes me siguen y a quienes me escriben, sean sus criticas positivas o negativas, porque al final es su tiempo lo que invierten.

Pero a veces hay que respirar.
A veces se te sube la vida a los nudillos y no hay nada que contar.
Otras, tristemente, no hay palabras suficientes
o tú no las tienes.


Hoy las palabras que quisiera decir son de otro...





IMAGEN:  Poema de "Antología poética" Autor Ángel González