31 mayo 2013

Algún día.



Algún día te darás cuenta de que era imposible luchar más,
de que las puertas que has cerrado sin cuidado ya no se pueden abrir ni derribar.
Algún día descubrirás que el abismo que has creado es insalvable,
que por mucho que lo intentara era imposible acercarse.
Has puesto tanta distancia entre nosotros que ya ni siquiera alcanzo a verte,
recojo todas mis buenas intenciones y las guardo prudentemente,
no puedo desplegar tus alas por mucho que me empeñe.

Algún día descubrirás que me quedé sola en mitad de nuestra isla,
que comencé susurrando con una dulzura inusitada
 y terminé  dando gritos que revotaron en tu espalda.

Descubrirás que estaba tan cerca que tu presencia me aplastaba,
pero nunca lo suficiente para que pudieses ver de que insensata forma
me estrellé contra tu nada.

En mi realidad modificada, me cogías de la mano y paseábamos descalzos 
por la playa, teníamos aún esa extraña capacidad para soñar sin esperanza, 
esa inocente intención para imaginarnos en un lugar donde todo fuese menos 
complicado.

Mis fuerzas consumidas entre golpes, agarrones y caídas,
me tiemblan las piernas de intentar sostener nuestra burbuja a medida.

Algún día descubrirás que hice todo lo posible pero en tu mundo no entraba nada más,
me han quedado tan magulladas las entrañas que ya no quiero pasar.

Cuando acariciaba tu pelo y nos observábamos en silencio después del huracán,
buscaba siempre en tu mirada donde estaba ese resorte que te haría volar,
estaba convencida de que si había alguien en el mundo que lo pudiese encontrar
sería yo con mi infinita intensidad.

Me sentía cubierta de esa capa indestructible que proporciona sentir de más,
pero conseguiste derribar la capa, la carne y casi todo lo demás.
Me despido más vacía de lo que llegué, por difícil que eso pareciese en un principio,
me voy con nuestra promesa rota de no hacernos nunca daño,
me voy con mi magia hecha pedazos, me vuelvo a mi precipicio.

Aunque me quedase no tengo más que darte.

Mis peregrinos sueños de entendernos, tan limitados se vieron por tus espacios y tus muros que ya no queda con qué alimentarse.

Acaricié lo que quedó después del desastre, me lo guarde con temor en el fondo
de alguna parte, es lo poco que queda de quien fui para ti y ya no puedo arriesgarme,
si acabaras por destruirlo todo ¿Dónde irías después a cobijarte?

Algún día descubrirás a qué me refería cuando te hablaba de soñar o de sentir,
de dejarse llevar y liberar el peso, de entender lo que es importante y deshacerse
del resto.
De lo que una piel acariciada significa al final del día.
De la forma en que un corazón se repara si lo llenar de amor y poesía.

Si llega ese momento y decides buscarme y al final una noche paseamos por esa playa perdida, que al menos me quede una pizca de magia entre las costuras escondida,
que descubras al abrir los ojos un día que la cuerda que nos mantenía unidos solo yo la sostenía.