No sabría decirte qué me molestó más
si la frialdad de tus argumentos
o mi facilidad para ocupar tu puesto.
Me hice débil
porque a eso estoy acostumbrada
a llevarme tu oscuridad escondida
en las plumas de las alas.
Te dejé ser el fuerte
porque a eso estás acostumbrado
a no ceder ni una pizca de lo que llevas ya ganado.
Me vine abajo
porque el tono de tu voz sonaba irritado
porque facturé los minutos que me estabas dedicando.
Te viniste arriba,
-cada día soy más frío-
como sentencia aplastante y definitiva,
haciendo de invierno en mi ombligo.
Y cerré los ojos, depositándome en tus heridas
y olvidé las mías
porque a eso estoy acostumbrada.
Abriste los tuyos y te saliste de mi burbuja
restándome el aire respirado
porque a eso estás acostumbrado.
Quería algo sincero y sencillo que aportara luz
a esta habitación oscura en la que nos estamos transformando
pero volvimos a enredarnos,
porque a eso estamos acostumbrados.
Ilustración Baxia Art via Deviant Art