Conozco tu voz,
no esa que oyen todos
conozco tu voz en modo susurro,
en modo gemido y en modo confesión.
Conozco tu voz
cuando tiembla por que no crees en lo que cuentas
y tu voz profunda cuando sabes lo que buscas.
Conozco tu piel
y tus miedos
la forma en que abres la puerta
y la forma en que ocultas
los secretos.
Conozco la curva de tu sonrisa
liberada del peso
y tu cuerpo desnudo
sumergido en el mío.
Conozco tus abismos
y tus preferencias
y el martillo de acero
con que golpeas tu conciencia.
Tu falta de paciencia
tu resistencia a la incertidumbre
y aún así me comporto
como si fueras un extraño.
Cierro los ojos cuando alguien habla de ti
en un esfuerzo callado
para no confesar la belleza que se esconde
entre tus tinieblas
y la voz suave y rota que tienes
cuando te transformas.
Finjo que soy una piedra para que nadie descubra
que conozco tu voz, tu silencio y tus costuras
y conseguir que no sepan
entre otras muchas cosas
que no eres un extraño
ni lo mucho que me importas.
y tus preferencias
y el martillo de acero
con que golpeas tu conciencia.
Tu falta de paciencia
tu resistencia a la incertidumbre
y aún así me comporto
como si fueras un extraño.
Cierro los ojos cuando alguien habla de ti
en un esfuerzo callado
para no confesar la belleza que se esconde
entre tus tinieblas
y la voz suave y rota que tienes
cuando te transformas.
Finjo que soy una piedra para que nadie descubra
que conozco tu voz, tu silencio y tus costuras
y conseguir que no sepan
entre otras muchas cosas
que no eres un extraño
ni lo mucho que me importas.