Tu sombra constante y alargada
no me deja ver la luz a través de las ventanas.
Me parecen miseria las palabras
si las comparo con la forma
en que tú las pronunciabas
y busco otros cuerpos
que llenen el hueco
que tu llenabas
pero dejaste la figura perfecta
en la que nadie encaja.
Nadie tiene tu olor
ni tus largos dedos
ni tus pestañas.
Tu sombra perpetua y agigantada,
no me deja dormir sobre otra cama