Me van a faltar cien años.
Porque yo vivo lento, como si mi tiempo sobre la tierra
fuese eterno.
Me entretengo
a oler el perfume de cada flor que encuentro.
Me detengo cuando estoy cansada
me siento con la espalda apoyada en un árbol
y los veo a todos corriendo.
Yo voy muy despacio.
A veces me paro para poder asimilar
lo que va sucediendo
y siento que si naciera cien veces
cien veces sería lento.
Me van a faltar cien años
para entender lo básico.
Soy capaz de contarte un cuento con nudo y desenlace
sobre cualquier argumento y dedicar una noche entera
a contar lunares de otro cuerpo.
mirando la puesta de sol y sintiendo
la sal entre los dedos.
Me aprendo las capitales del mundo
y el orden de dimensión de los desiertos.
Las palabras que riman con silencio,
las especies extintas y los tipos de gobierno
pero sigo sin aprender a comprender un sentimiento.
Me van a faltar cien años
para saber hacer eso.
Porque yo vivo lento
como si mi tiempo sobre la tierra
fuese eterno.
Cien años
para acostumbrarme
a que no todo puede explicarse,
a los laberintos
que inventamos
al miedo
a la tristeza
al llanto
a la fragilidad de ser humano
y para vivir las vidas que albergo
me van a faltar cien años.