16 noviembre 2017

Me quedé



Me quedé sin espacio
con la duda atascada
entre la piel y los labios.

Me quedé sin el tiempo
que te estaba guardando.

Me quedé en la quietud
con los brazos cruzados
valorando la magnitud
de los daños causados.

Me quedé sin palabras
para las hojas en blanco.

Me quedé fragmentada
tocando asustada las brechas creadas,
metía los dedos y lloraba
hasta que las lagrimas saladas
se transformaron en rabia.

Con los pedazos rotos 
que quedaron de mí
he construido otra mujer 
y ahora le cuento a ella
las cosas que quería contarte a ti.

La he confeccionado a mi gusto, 
con todo lo que me falta.

Ella es la piel que no me sé poner.
Me he desdoblado en un viaje astral 
y ahora soy dos, pero te ama solo una mitad.


Me quede atravesada 
en mi mentira favorita, 
habría caminado hasta encontrar 
el cartel que indicase la salida.

Era la mentira más bonita 
que uno podía mantener.

Está lloviendo.
Ese sonido que hace de fondo a las letras,
la banda sonora perfecta.

He aprendido a descender
a volar a ras de suelo
y a caer
pero sobre tu árida tierra
no he aprendido a llover.

También me quedé 
con las dudas enraizadas
y preguntas sin responder.

Me rompiste el corazón
nada pegaba con nada
en aquel mundo sin color.

He intentado reconstruirme
ahora puedo volver a soñar
pero todo me parece incomprensible.

Me quedé en un sueño
fijada
esperando que la luz
te iluminara.

Me quede con el sabor y las ganas
y tú, ligero de equipaje,
no te has quedado nada.