Seremos fuertes. Lo sabes.
El truco es empezar fingiendo que lo eres.
El secreto es saber que hacía bajo, los pozos también tienen suelo,
que afortunadamente hay un momento en el que ya más es imposible.
Como cuando hace mucho frío y ya no notas la diferencia entre -4 grados
y -20.
Seremos fuertes, porque la verdad se sitúa en un punto estratégico en el
que siempre es visible aunque tú cierres los ojos.
Lo malo es empeñarse en acariciarse lo roto.
Seremos fuertes. Lo sabes.
Porque todo pasa como pasan las nubes empujadas por el aire,
cuando miras a unos ojos vacíos y comprendes que dentro no hay nadie.
Amar lo oscuro, lo profundo, lo insalvable,
tirarse al mar helado para salvar un espejismo.
De eso también nos curaremos.
De los golpes rotundos y certeros
que llegan escondidos detrás del silencio.
Esos que apenas hacen ruido pero resquebrajan
los cimientos.
Nos curaremos de haber elegido un monstruo
como protagonista del cuento.
De haber cogido todo lo que tienes de bonito y haberlo volcado
en un cubo de basura.
No sé si sabes que esa mezcla imperfecta también será basura.
Seremos fuertes
porque todo se cura.