08 mayo 2019

Aire amargo




El día que tuve que decirte adiós
el aire sabía amargo,
me abrasaba la piel y las entrañas
tener que respirarlo.

Quise ser valiente, por una vez.
Reuní todo el dolor en una sola frase
porque no existen palabras exactas
cuando se trata de marcharse.

Te parecerá una tontería que te diga
que no he dejado de amarte ni un instante.

Te decía adiós y sabía 
quien tardaría más en curarse.


Supe que desde ese momento
la tristeza me haría de paisaje
que volvería la rabia sobre mí
hostil y salvaje.

Porque nunca es fácil permanecer
si quieres salvarte
y no existen puertas abiertas
cuando se trata de marcharse.


Te decía adiós y sabía 

quien tardaría 

más en curarse.