30 septiembre 2015

A lo que llamo volar

La primera vez que intenté volar me choqué con todo.

Había quienes no querían que volase.
Los precavidos, los agoreros, los envidiosos o los cobardes.

Yo siempre he actuado conforme a lo que he sentido.

Me miraban extrañados.
Así de libre es el miedo.

Había quienes arrancaban plumas a la mínima oportunidad.

Fue por esquivarlos que conseguí despegar.

Empecé a controlar el despegue.
Me fallaba el aterrizaje.

Cuando disfrutas de las vistas desde allí. ya no quieres bajarte.

Ella me preguntó el otro día en que consiste eso de los vuelos.
-Mamá no eres un pájaro. ¿ A que le llamas tú volar?

Es ver las cosas de otro modo a como las ven los demás.

Amé a personas y nunca me fijé de qué estaban recubiertas.
No me cuestioné jamás mis sentimientos.
Los seguí y espere sorprenderme en aquellos lugares
donde me llevaban.
Nunca esperé que los demás se quedaran.
No quise calcular lo que daba, ni cuantifiqué lo que me daban.

Mi conciencia duerme todas las noches tranquila.
Tengo cicatrices por no hacerles a otros las heridas.
Las observo orgullosa. Representan lo que significan las personas que me importan.
La ausencia de medidas y de formas.

Volar es estar donde te ubica el momento.
Sentirse feliz con uno mismo y ser honesto.
Te diré siempre lo que siento. Lo que pienso.
Que lo importante es la semilla, no el valor del tiesto.

Te mostraré los caminos que conducen a las puertas, no las abriré por ti.
Deseare de corazón que elijas las que a tu conciencia le parezcan correctas.

Te enseñaré dónde duele cuando se atasca la vida.
Te acariciare el pelo cuando me cuentes que alguien rompió tus fibras.
Nunca te juzgaré. Ni a tus decisiones.
No sopesaré quién eres por tus errores.
No pretenderé inculcarte a quién amar, no me verás fingir afecto ni desprecio.
Ni simular un sentimiento. Ni desvelar un secreto. Ni usar el rencor como armamento.

Tampoco conozco el significado de algunas palabras:
Jerarquía, cadenas, avaricia,
envidia o despecho.


Verás que nunca sabré quedarme en el medio.

No quieras ser princesa. Sé mujer y búscate las diferencias.
No juzgues a nadie por su apariencia.

Volar y pararse en las nubes a descansar.
Volar es la transparencia que le concedo a mi existencia.

Te llevaré descalza a correr por una playa.
Te enseñaré que todas las vidas valen lo mismo aunque no veas a la gente actuar
como si pensaran así.

Hay gente que no lo cree.


Si lo deseas te enseñare a pintar.
A escribir poesía y a naufragar.
Te explicaré que cada ser humano es un planeta propio.
Intentaré contagiarte el placer y la importancia de leer y de entender.
Y cuando elijas libros que no sean de mi gusto. Sonreiré.

Te hablaré sinceramente de como funciona el mundo.
De las diferentes humanidades que habitan esta vida,
y aún así desearé sin que lo veas, que seas idealista.

Respetare tus rarezas, tus locuras y tu tristeza.
Estaré cuando me necesites o cuando quieras que esté
y haré lo posible porque mi compañía no te sea prescindible.

Cuando quieras irte, te dejaré.
Si regresas,  estaré.

Respetaré el espacio que necesites
y aceptaré que un día me digas que te quedas a vivir en él.

A todo esto es a lo que mamá llama volar.