30 septiembre 2015
Cosas de super héroes
Hace unos años, mientras compartíamos unas cervezas,
manteníamos una de esas habituales y profundas conversaciones que solíamos tener.
La búsqueda de la felicidad era el eje aquella tarde.
El punto de vista del buscador.
Y las opiniones de escepticismo de esta peculiar idealista.
El amor era un ingrediente importante en tu felicidad.
-Yo sé que te veré casarte- te dije.
-Estaré allí llorando de emoción- te dije.
Porque si había alguien que la mereciera y que hubiera luchado por ella,
sin duda eras tú.
Te imaginé nervioso y emocionado, viendo llegar a esa mujer, que en aquel momento,
ninguno de los dos podíamos imaginar.
Esa mujer llegó.
Como llega la luz, y el aire fresco.
Y te vi feliz recibir lo que tanto habías buscado.
No pude cumplir las promesas que te hice.
No estuvo en mi mano.
Detesto las promesas. De siempre. Desde que tengo recuerdos.
A veces dices cosas que se parecen a promesas. Es inevitable.
No van acompañadas de un te lo prometo, pero a veces, no es necesario.
Las detesto, porque yo creo en la gente a la que quiero cuando me habla,
y todo lo que digan mirándome a los ojos, para mí son promesas.
Todas se rompen. Porque no somos tan dueños del mundo como nos creemos.
Ahora intento siempre hablar en presente. Porque yo también rompí las mías.
Te quiero.
Ahora. No sé si te querré toda la vida.
Me gustaría poder estar,
no es lo mismo que estaré.
Las palabras son engañosas muchas veces.
Los sentimientos cambian.
Me hubiese encantado elegir fotos antiguas de un Madrid en blanco y negro, para decorar una pared.
O abrir una botella de vino para brindar por unas alas nuevas sustituyendo a un laberinto.
Pero no estaba ese deseo en unas solas manos.
A ti te prometí que siempre me tendrías.
Y aquí seguimos, con nuestras locuras y manías.
Me hubiese gustado mucho estar aquel día allí contigo.
Lo estaba, más que nunca.
La felicidad que transmites llena el cántaro de la mía.
Ambos sabemos que no era mi lugar.
Sabemos, que las vidas cambian, y que vamos intentando
encajar en los huecos.
Hay cosas que echo de menos.
pero aquellos tiempos no eran mejores.
Ahora somos felices y además super héroes.
Siempre fuiste uno de mis diamantes.
Ya sabes que sois muy pocos.
Gracias por seguir brillando,
aunque nos rompamos promesas, de vez en cuando.
De Analizer con todo el cariño del mundo para Iron.