09 agosto 2017

11 de febrero



Nadie merece tanto, tanto amor, tanto empeño, tanto pecho al descubierto.
Nadie merece tan poco, tanto silencio, tanto daño, tanto egoísmo enmascarado.

Sí, eso es lo que quiero.
Que en esta onda expansiva se separen nuestros trayectos.

Eso es lo que quiero.
Que mis alas tengan plumas de nuevo.

Que no siembren de miedo mis deseos.

- Si eso es lo que quieres - respondes con un tono que se ha quedado a medias
entre el orgullo malherido y la indiferencia.

Como si alguna vez lo que yo quiero hubiese sido importante.
Como si no te hubieras comportado todo el tiempo de una forma burda, egoísta y cortante.

Tú que pones tus antojos siempre por delante.

Te he pedido que no vuelvas,
ha sido el dolor proporcionándome fuerza.

- Vale, pero tampoco vuelvas tú-

Idiota. Yo nunca me he ido,
por eso era imposible que pudiese regresar.

Ahora sí. Ahora me voy,
si me haces otra herida no sabré quién soy.

Sí.
Eso es lo que quiero.

No dejar ninguna grieta por la que puedas pasar.
No alimentar la esperanza de que algo pueda cambiar.

No volver a pisar ese charco que se ha formado
de tanto llorar.

Quiero que esta valentía compense los agujeros
permanecer inmóvil ante los envites de tu viento,
no contar las veces, ni la intensidad ni el tiempo.

Sí.
Que dejes de apagar las colillas en el centro de mi pecho
mi amor y mis costillas no son tu cenicero.
Idiota.
Eso es lo que quiero.