Hay cosas que comienzan de una forma tonta.
Con algo mío que te has quedado,
con versiones de cuentos y puertas arrancadas.
Hay cosas inmensas creciendo de la nada.
Entre mis dedos
vagos recuerdos
tranformados en letras
para retenerlos.
Hay cosas, frágiles en apariencia,
que se hacen de roca solamente
porque tú las alimentas.
Una mirada descuidada
que ha alcanzado el objetivo
sin que te dieras cuenta.
Un pellizco en el ombligo
que ahora es una ruleta rusa
y un cargador dando vueltas.
Esos pequeños detalles, efímeros en apariencia,
que se graban en la piel sin darte cuenta.
Buscar formas en las nubes y no preveer la tormenta
que eran cuatro gotas al principio
incapaces de mojar la tierra.
Hay cosas que comienzan de una forma tonta
pero crecen tanto que te hacen sombra.
Que van calando hasta tocar
el suelo de tus pozos
donde el sol nunca calienta,
y está tan oscuro que tú no te das cuenta.
Ya ves, cosas fútiles, en apariencia.