29 mayo 2018
Espina dorsal
He sentido al verte, un vacío en las entrañas,
un desierto de fina arena en la mirada.
Estabas ahí, inhiesto y despreocupado
con los ojos en la nada,
he fingido firmeza,
te he ofrecido la espalda.
Nada
Nada
Nada
Eso ha quedado.
Un espacio enorme lleno de aire.
Variables en equilibrio
sobre una espina dorsal
un peso desproporcionado
para tan frágil columna vertebral.
He sentido al verte
que estabas en lo cierto
que tu realismo y tu miedo
fueron más certeros que mis ganas.
Estabas ahí como si no hubiese pasado nada,
como si desde fuera el mundo se asomase a una ventana.
Nada
Nada
Nada
Eso ha quedado.
Un espacio inmenso
sumergido en agua
donde al encender la luz
metafóricamente,
todo se apaga.