05 mayo 2018
Ese tú imaginado
Ya es tarde para todo.
Pero tenía que decirte
que fuimos a la prueba final
siendo dos simples aprendices.
Intensos, fugaces y sensibles,
más que las propias, nos dolían
las ajenas cicatrices.
Lo hicimos todo mal,
como quien empieza una escalera
y se detiene a la mitad.
Bajábamos y subíamos
constantemente el mismo tramo.
Equivocados.
Tenía que decirte que te quiero todavía,
pero no de la forma confusa y torpe
que conocías.
Que te quiero imaginado
justo en ese instante que precede a la ignición.
Que te quiero desatado
terminando los peldaños que faltaban por subir
enganchado, posiblemente, a otras manos
unas manos duras, más fuertes que las mías.
Que ya es tarde para encontrarnos
y reconocernos; de tantos golpes, desfigurados.
Pero hay un hueco donde todavía puedo
amar con desvelo a ese tú imaginado.
Imagen: Abok2