Siempre caminé de frente, con la verdad descarnada y evidente,
mostrando mis cartas a las primeras de cambio,
haciendo evidente la debilidad, la tristeza, el enfado.
Me di cuenta que los demás siempre están del otro lado,
caminando de puntillas con su perfil desdibujado
y entonces aprendí a guardarme cosas para mí,
no tendría sentido la vida de no ser así.
Siempre imaginé un lugar mejor, un rincón distinto
lleno de vida y de color,
pero el vivir es apagado, un charco sobre el fango,
un romperse el alma a cada paso,
y a veces, tal vez en el mejor de los casos,
un continuo caminar que no lleva a ningún lado.
Quería darte algo luz,
para que supieras lo que eres para mí.
¿ Como puedes empeñarte con una mujer así?
Una que se rompe demasiado,
que siente oscuro a cada rato,
esa que coses sin descanso,
esa que lo hace todo complicado.
Hoy quería que supieras que aunque las palabras son oscuras
la razón es que las sangro.
Pero detrás de ellas hay un alma transparente,
que es feliz al verte,
que te ha amado desde siempre,
que no sabe hacerse grande sin tenerte.
Quería que supieras que hay luz en mi certeza,
porque tú estás en ella.
Que dormir a tu lado cada noche es la mayor de mis riquezas,
que soy feliz cuando me piensas,
que llenas de vida el dolor de mi existencia.