Me miró ... y le miré.
Y volvió a surgir la magia de la primera vez.
Y habían pasado días,
habían pasado años,
tormentas, huracanes y tornados.
Habían pasado heridas,
nos habían crecido enanos,
se nos habían roto los sueños
y nos temblaban las manos.
todo había pasado por nosotros,
y nosotros tan cansados.
Habían crecido cumbres y se habían secado ríos,
se había hecho de noche y había amanecido.
Me miró... y le miré.
Solo somos posos de café.