30 julio 2016
La piel de gallina
Cada vez que piso un nuevo lugar
te imagino conmigo.
Cierro los ojos hasta alcanzar ese universo
en que te llevo escondido.
Quiero enseñarte a caminar por la playa
y sentir el agua fría entre los dedos
quiero enseñarte a reír hasta que te duelan
la tripa y el pecho.
Quiero enseñarte a sentir
sin anclas ni lastres de por medio.
Quiero que saborees,
que respires
que sientas la piel de gallina
y el calor derritiendo las partes frías.
Paseo por la arena
imaginando que sigues mis huellas
extiendo la mano y te rozo
te cubro con los dedos los ojos
el mundo se ha quedado fuera
y estamos aquí
solo nosotros.
Cada vez que el agua llega a mis tobillos
imagino los tuyos,
te imagino conmigo.
Bailamos
en el aire enredados
bebemos vino blanco
y comemos pescado.
Quiero enseñarte a soplar
sobre la piel mojada
a perdonar y a olvidar
y a desplegar las alas.
18 julio 2016
Hasta aquí
Abrí para ti
los canales de mis venas,
mis entrañas,
mi razón,
mis arterias
mis sueños,
mi fragilidad,
mis piernas.
Todo lo puse a tu alcance,
para que si se te antojaba
lo rompieras.
Nunca me he quedado a medias
y las veces que fui pequeña
lo hice empujada por tus miedos
y tus reglas.
No he dejado nada para mí
salvo esta intensa pena,
de haberlo conservado para ti
y que no lo quieras.
Nunca te hice la pregunta correcta,
siempre dimos demasiadas vueltas.
¿Qué sientes tú por mí?
¿Acaso quisiste tenerme cerca?
Había formas menos dolorosas
y siniestras
de haber obtenido
una respuesta.
Ahora que sé lo que fui,
la costra que cubre la herida
hasta convertirse en cicatriz
no me queda mucho que mostrar
ni que decir.
El horizonte estaba muy lejos
solo hemos llegado hasta aquí.
los canales de mis venas,
mis entrañas,
mi razón,
mis arterias
mis sueños,
mi fragilidad,
mis piernas.
Todo lo puse a tu alcance,
para que si se te antojaba
lo rompieras.
Nunca me he quedado a medias
y las veces que fui pequeña
lo hice empujada por tus miedos
y tus reglas.
No he dejado nada para mí
salvo esta intensa pena,
de haberlo conservado para ti
y que no lo quieras.
Nunca te hice la pregunta correcta,
siempre dimos demasiadas vueltas.
¿Qué sientes tú por mí?
¿Acaso quisiste tenerme cerca?
Había formas menos dolorosas
y siniestras
de haber obtenido
una respuesta.
Ahora que sé lo que fui,
la costra que cubre la herida
hasta convertirse en cicatriz
no me queda mucho que mostrar
ni que decir.
El horizonte estaba muy lejos
solo hemos llegado hasta aquí.
10 julio 2016
Pocas cosas
En ocasiones te alejas para coger perspectiva
y descubres por sorpresa esas cosas que antes no veías.
Permanecían escondidas en los pliegues que forma el amor
cuando cierra los puños.
Hemos saltado la fina linea de la que tanto nos hablaron,
Pocas cosas son más tristes que arrepentirse.
Menos aún hay mas tristes que verte transformado por quien
en realidad no lo merece.
Porque eso tú no lo sabes hasta que ya no queda piel para arrancarse.
No lo sabes, hasta que no te marchas y te subes a una montaña
desde donde ver la verdad absoluta y descarnada.
Me acurruco, sola en la cima de mi montaña
y veo los años pasando en nítidos fotogramas.
Era imposible ser más tonta.
Era imposible estar más ciega.
¿ Cómo fue posible que no lo viera?
Nada suena más que la realidad cuando golpea.
Y en la cima de mi montaña me hago pequeña.
Pocas cosas son más miserables que buscar amor
en las cenizas, donde nada arde.
Ver esa boca del lobo de la que tanto te hablaron
y aún así decidir quedarse.
La obviedad sin excusas me ha pasado por delante.
Pocas cosas son más tristes que arrepentirse
de las caricias dadas
de las confesiones
de la desnudez
de la esperanza.
De lo invertido
de lo luchado
de las sonrisas a medida,
del tiempo dedicado.
De las lagrimas caídas
de las que tragaba en solitario
de los besos
del cariño
del cuidado.
De las marcas que han quedado
de lo que ya no tienes
de lo que ya no puedes
de lo que ya no eres.
Y a la cima de la montaña
llega la rabia vestida de un negro imponente
y te coge desprevenido
porque aquel a quien acariciabas
ahora es tu enemigo,
un adversario, el contrincante.
Las verdades se ensucian
si las mezclas con mentiras
y los recuerdos cambian si te quedas.
Me había ido con mis recuerdos limpios
y mis alas intactas
pero eras piedra y yo era humana
destinada a tropezar.
A veces te alejas para coger perspectiva
y descubres que nada era como tú lo sentías
En la cima de la montaña
empieza a hacer demasiado frío.
Y alrededor solo veo derrumbe
y no he logrado aún
que mis ojos se acostumbren
a la oscuridad y al desastre
y al tormentoso aspecto
que ahora tienen nuestras nubes.
Permanecían escondidas en los pliegues que forma el amor
cuando cierra los puños.
Hemos saltado la fina linea de la que tanto nos hablaron,
la pisé sin querer mientras me estaba alejando,
y perpleja observo que ya estoy al otro lado.
Un solo paso y ya no había luz, ni risas, ni cielo despejado.
Un inmenso paisaje desolado. Eso hay tras la linea que he cruzado.
Pocas cosas son más tristes que arrepentirse.
Menos aún hay mas tristes que verte transformado por quien
en realidad no lo merece.
Porque eso tú no lo sabes hasta que ya no queda piel para arrancarse.
No lo sabes, hasta que no te marchas y te subes a una montaña
desde donde ver la verdad absoluta y descarnada.
Me acurruco, sola en la cima de mi montaña
y veo los años pasando en nítidos fotogramas.
Era imposible ser más tonta.
Era imposible estar más ciega.
¿ Cómo fue posible que no lo viera?
Nada suena más que la realidad cuando golpea.
Y en la cima de mi montaña me hago pequeña.
Pocas cosas son más miserables que buscar amor
en las cenizas, donde nada arde.
Ver esa boca del lobo de la que tanto te hablaron
y aún así decidir quedarse.
La obviedad sin excusas me ha pasado por delante.
Pocas cosas son más tristes que arrepentirse
de las caricias dadas
de las confesiones
de la desnudez
de la esperanza.
De lo invertido
de lo luchado
de las sonrisas a medida,
del tiempo dedicado.
De las lagrimas caídas
de las que tragaba en solitario
de los besos
del cariño
del cuidado.
De las marcas que han quedado
de lo que ya no tienes
de lo que ya no puedes
de lo que ya no eres.
Y a la cima de la montaña
llega la rabia vestida de un negro imponente
y te coge desprevenido
porque aquel a quien acariciabas
ahora es tu enemigo,
un adversario, el contrincante.
Las verdades se ensucian
si las mezclas con mentiras
y los recuerdos cambian si te quedas.
Me había ido con mis recuerdos limpios
y mis alas intactas
pero eras piedra y yo era humana
destinada a tropezar.
A veces te alejas para coger perspectiva
y descubres que nada era como tú lo sentías
En la cima de la montaña
empieza a hacer demasiado frío.
Y alrededor solo veo derrumbe
y no he logrado aún
que mis ojos se acostumbren
a la oscuridad y al desastre
y al tormentoso aspecto
que ahora tienen nuestras nubes.
08 julio 2016
Me desprendo de ti
Me desprendo de ti
convertida en la hoja seca que sabe que ha de caer
Me desprendo de ti
y al principio siento frío
y los minutos que llenaba pensando en ti
ahora están llenos de vacío.
Si el botón rojo de la extinción dependiera de mis dedos
no dejaría ni un solo rastro de mis recuerdos.
Me desprendo de ti
herida y confusa
con el alma atestada de dolor y de preguntas.
Me desprendo de ti
en un acto de valentía
o en un arrebato de locura.
Nunca tuviste la intención de despejar las dudas.
Y yo era torpe y cobarde caminando en la espesura.
Me desprendo de ti
sin duda alguna.
Llena de palabras pero muda
más bonita y más amante
a pesar de la rotura.
Cubierta de capas y en el fondo desnuda.
Se desprenden de ti
la razón y la cordura
y como si fuera un suspiro
05 julio 2016
Necesitaba parar
Necesitaba parar.
Las palabras empezaron a parecerse demasiado a lo que intentaban decorar.
Necesitaba parar.
Recordar el sabor que tenían las cosas.
Recordar quién era y fraccionar, soltar aquello que estaba comenzando a desgarrar.
Solté más de la cuenta
y solté las letras.
Necesitaba soltar.
Vuelvo aquí en días como hoy.
Días en los que mi vida no parece tan desordenada cuando miro alrededor.
Días en los que tropiezo con un botón desabrochado y le lanzo halagos al muro que ahora ocupa tu lugar.
No me arrepiento.
Ya te lo dije.
A tus piedras con mis flores.
Me he reído de mi tropiezo y he imaginado que reías conmigo desde el otro lado.
Ojalá pudiéramos reír.
Necesitaba parar,
salir de este lugar en el que siempre huele a ti
y a ese yo desmenuzado que ya no refleja casi nada de mí.
El hilo que tensamos se rompió
de una forma progresiva y silenciosa
hasta que las palabras ya no tenían nada nuevo que contar.
Sin el hilo la distancia es infinita
este rincón se volvió doloroso, un salvavidas que ya estaba
demasiado lejos de la orilla.
Necesitaba escapar.
Ser la humana racional que lleva el peso,
arrancar la poesía que mantenía nuestro universo.
Ser real y hacerte real.
Que la realidad nos aplastara.
Abrí demasiado las puertas que liberaban mi alma
y en un descuido
se escaparon las palabras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)