01 febrero 2016
La vida que tenías cuando yo te imaginé
Me miré en ti y me vi reflejada.
Tus rarezas se parecen tanto a las mías
nuestras taradas neuronas rebotando como locas.
Te imaginé otra vida, en la que no guardabas cosas detrás de las cortinas,
una vida alternativa en la que nos encontrábamos y
los caminos a recorrer eran mucho más sencillos.
Hoy me he visto escribiendo en la terraza,
con esta expresión abstraída tan parecida a tu cara.
Tú estás en la habitación donde trabajas,
donde te mueves entre datos mucho más certeros
que la complejidad humana.
Ambos circulando en nuestras propias galaxias.
Respetamos los escondites donde crecen nuestras almas.
Esta casa está llena de ventanas.
Nos encontramos de repente en un pasillo
bajamos de la nube, y al mirarnos sonreímos,
no resulta fácil sentirse comprendido.
Deseo tus caricias y el fluir de tus corrientes
luego puedes volver a encerrarte
mi espíritu salvaje nunca va a juzgarte.
Nos deshacemos los nudos solo con mirarnos.
A veces somos nosotros, otras no se queda nadie,
nos movemos por el aire y
desconectamos el mundo.
Te imaginé otra vida, llena de luz y de sonrisas
una en la que eras feliz con el soplo de mi brisa.