13 febrero 2016

Vivimos



Vivimos al ritmo de una descompasada melodía.

Vivimos con el temor de que nos hagan daño.
Con el miedo de estar dejando pasar algo.

Vivimos temiendo el transcurrir del tiempo
y tenemos miedo a estarnos quietos.

Vivimos pendientes de que nada nos roce,
temiendo el silencio igual que las voces.

Mis cuentos se llenaron de lobos feroces.

Porque los demonios se disfrazan
pero tú los reconoces.

Vivimos tropezando entre girasoles
esperando que anochezca para que paren de girar.
Vivimos descalzos al borde de una orilla
soñando con nadar.

Somos sirenas varadas aprendiendo a naufragar.

Vivimos escondidos tras un muro
que la luz no puede atravesar,
pálidos y consumidos, presos de la gravedad.

Somos dos gotas de agua que se encadenan
en la oscura inmensidad.

Vivimos aferrados a esta trascendencia de estar siempre equivocados,
de haber perdido la paciencia,
de estar cansados y viejos para todo
de llevar demasiado lastre de conciencia.
Vivimos a empujones entre impulsos e inercia
comerciando con los restos
en un mercado cualquiera.

Vivimos sin hacer música.
Vivimos golpeando las cuerdas.