03 diciembre 2016

Letras suicidas que ya no son bonitas



Esas cosas que se supone debo sentir,
me faltan
y disimulo
esperando que nadie note
que estoy fingiendo
que ya no siento 
las cosas que se supone debo sentir.

Se me metió un dolor en las entrañas
tan profundo y ensordecedor
que ya no siento nada.

No hay espacio en este caos para nada bueno
solo queda tristeza en la punta del lapicero.

Ya no sé hablar del amor verdadero,
ni de sentimientos correspondidos, ni de nada nuevo.

Me quedé atascada en la aguja del minutero.

Solo me sale tu pena en forma de soneto,
promesas rotas y amargos sentimientos.

Ahora solo sé de arrepentimiento,
de taparme las taras con la punta de los dedos
y de espinas clavadas que se han metido dentro.

Me hiciste oscura como una noche de invierno
sin estrellas ni luna decorando el cielo.

Ahora soy una noche fría de enero.

No recuerdo dónde estaba el interruptor
que lo pone todo a cero,
pero lo intento.

En intentarlo se están escurriendo los años
y sigo pensando que soy menos mujer 
de lo que fui
antes de ti
y sigo pensando que te has llevado algo 
que no consigo localizar 
en el fondo 
de mi saco.
Y sigo pensando que he merecido el daño
que nada ya será bonito 
que mi vida es un capítulo acabado.

Ni alcanzas a imaginar
el dolor que hay sembrado en mi interior.

Mis letras suicidas ya no saben ser bonitas
una caricia las ha deformado
desde que sus dedos abrasaron mi costado
se ha vuelto todo malo.

Y me faltan esas cosas que se supone
debo sentir,
me faltan 
y disimulo
esperando que nadie note
que ya no siento del modo
que se supone
debo sentir.





Imagen de Luis Muñoz.