30 enero 2017

Alguna vez

No sé si serán diez días, tres meses o quince años.
Nunca usé el tiempo como medida de la importancia.

Tal vez solo pases de largo.
Tal vez decidas quedarte un rato.
Tal vez nos sorprendan las arrugas y el pelo blanco.


Si alguna vez has ocupado de verdad 
este mundo mío,
complejo y desordenado,
y en algún momento nos rescató
el simple hecho de cogernos de la mano,
me siento afortunada
porque nuestras vidas se cruzaron.

Si has saltado la barrera de hielo
que me hace de frontera con el mundo
y has rozado, aunque sea un instante,
la piel desnuda sin la barrera que pongo delante,
te agradezco el tiempo y el cariño invertidos.

Si alguna vez me has confesado un secreto
y has hecho de cofre para los míos,
si alguna vez en mitad de la peor tormenta
nos hemos sonreído
si aunque sea un solo minuto de esta vida efímera
nos hemos querido,
siempre podrás contar conmigo.


Tal vez seas la conversación de una noche 
o el último que ardió al primer roce.
Tal vez seas los diez minutos de una estación
donde solo estamos tú y yo, y lo demás está vacío.

Pero si alguna vez nos hemos cruzado en el camino
y te he prestado las plumas para evitar el frío
pasen los huracanes que pasen por nuestro destino
aquí estará siempre tu sitio.


















17 enero 2017

Palabras ajenas




Buenas noches almas mías.
Hoy quería contaros muchas cosas, quería escribir de la nostalgia que estaba empezando a sentir porque se aproximaba la fecha de un aniversario que ya no debería recordar.

Quería escribir sobre esta chica fuerte en la que me estoy transformando últimamente.

Contaros que he decidido conocer a algunas personas a las que nunca había dado una oportunidad, y que me han sorprendido gratamente.

Contaros de una forma bonita que tengo algunas heridas mal cicatrizadas que en días como hoy sangran y lo manchan todo.

Pero algo me ha dejado sin nada que contaros.

Solo me nacía decir hasta luego.
Salir de este lugar y borrar las huellas.

Me he resistido mucho, quizás durante demasiado tiempo, a reconocer que de algún
modo también me han quitado esto.

Esto era un refugio desde el principio, desde que era muy pequeña y mientras los demás jugaban, yo me sentaba en un rincón con mi cuaderno.

Escribir siempre fue el refugio.
Eso era tener un alma discordante.

Vaciarse en un lugar que no manchara a nadie.

Agradezco a todas las personas que visitan mi rincón que dediquen un trozo de su tiempo a leerme, porque eso es un privilegio y un regalo.

Agradezco a quienes me siguen y a quienes me escriben, sean sus criticas positivas o negativas, porque al final es su tiempo lo que invierten.

Pero a veces hay que respirar.
A veces se te sube la vida a los nudillos y no hay nada que contar.
Otras, tristemente, no hay palabras suficientes
o tú no las tienes.


Hoy las palabras que quisiera decir son de otro...





IMAGEN:  Poema de "Antología poética" Autor Ángel González









16 enero 2017

Vuelvo a besarte




Cierro los ojos y vuelvo a besarte, calculando la distancia 
que ahora dista entre nosotros.
En los sueños no hay consecuencias,  
mi lengua es libre de abrazarse con tu lengua,
nos sentamos en el suelo con las piernas enredadas, 
y nos vamos exprimiendo como dos medias naranjas.
Han llegado tarde y se esfuerzan en juntarse
pero saben que no encajan.


Nos miramos asustados, desvencijados por las ganas
intentando desgarrarnos de una forma más calmada.

Aprieto las piernas, rezando para que no notes nada
las aplastantes evidencias de que sigo siendo humana.
Te digo frases tontas.
Lo que rompamos, lo arreglaremos mañana.

Cierro los ojos y vuelvo a besarte, porque mis recuerdos 
se han anclado en alguna parte.

En mis sueños no hay errores, ni sentimientos variables
perdemos la resistencia dando vueltas en un baile.

Tu copa está vacía y la mía aún está llena
no puedo tragar con el alma en la garganta,
me miras fijamente con esos pozos sin fondo que te hacen de ojos
y yo suplico a mis adentros ser más fuerte, más valiente
y enfrentarme sin coraza a lo que sientes.

Cierro los ojos y vuelvo a besarte como entonces.

Con el intenso golpear de los latidos en la sien,
con el mismo amor desproporcionado que no supe dónde meter,
con el miedo incrustado bajo cada fibra de mi piel.

Demasiado pequeña y demasiado asustada para comprender
que es tan efímero el momento como doloroso el después.

Y te vuelvo a ver
como eras entonces
antes de doler
y vuelvo a besarte
con el alma en el aire
como la primera vez.






10 enero 2017

Un instante de paz



Desde que apareciste en mi vida
ya no tuve un minuto de paz
pero tú, descarado, me hablabas de suelos inestables
y de lugares sin espacio.

Con la osadía del imprudente
o el hambre del egoísta
te ibas y volvías 
llenando y vaciando mi mundo 
constantemente.

Tú me hablabas de entenderse 
 y yo te creía porque quería creerte.
Me hablabas de franqueza y de claridad
desde la espesura más profunda.
Yo sonreía porque te quería
y me había acostumbrado a nadar en tus dudas.

No doler, como promesa y antecedente
porque no supiste decir que tú dueles siempre.

Desde que te conocí
fui perdiendo progresivamente
las cosas buenas que me quedaban,
la luz que aún podía encender 
hasta en las noches más cerradas.

Me rompiste el alma.

Y era yo quien buscaba curarte.

Me hablabas de pieles al sol
y de arenas mojadas
mientras me arrancaba trozos de hielo
de las escamas.

Desde que apareciste en mi vida
ya no tuve un instante de paz
y tú me hablabas de nieve cayendo
en tu reducida bola de cristal,
tu maldita nieve la levantaban
mis enormes alas al volar.

Desde que sembraste oscuras semillas
en el interior de mi centro existencial
el dolor me utilizó de refugio
y ya no tuve un minuto de paz.









05 enero 2017

Carta a los Reyes Magos

Hemos cogido un par de hojas para escribir nuestra carta.

Nosotros, que aún soñamos, les hemos pedido a los Reyes Magos
que nos traigan cosas que no pueden comprarse en una tienda.

Y pediremos lo mismo para todas esas personas bonitas
que forman parte de nuestra vida.

Una mente grande con espacio suficiente como para
que entren las ideas diferentes.

Conservar a la gente bonita que hace bonito el mundo
y serlo tú para poner tu granito de arena.

Risas y ganas.
Conversaciones que inauguren la madrugada.

Más paciencia y más resistencia.
Tener la mirada más grande para ver las cosas pequeñas.
Perdonar y no alimentar voluntariamente a la tristeza.
Retener lo bueno  con firmeza y mandar el resto a la mierda.

Leer más y juzgar menos.
Dejar que a la frívola belleza se la coma el intelecto.

Que se caiga esa corteza que te aleja del resto.
Que nos traigan amor del bueno, y si nos traen carbón
encenderemos un fuego.

Que siempre encontremos la manera de entendernos.
Que podamos ser frágiles si queremos.

Todo aquello que no compra el dinero.

Y sobre todo, que seamos valientes y honestos,
que no dañemos las almas que encontremos
y que tengamos la firme intención de ser los buenos.










04 enero 2017

Falta de amor por mí




Con el tiempo me he dado cuenta de que lo que sentía
no era amor por ti, si no una profunda falta de amor a mí.

Si me hubiese querido más no te habría dejado usar
mis costillas como escalera.

Si me hubiese querido más no habría asumido, cabizbaja,
tus normas y tus reglas.

Me habría ido lejos de ti donde de verdad me quisieran.

Esa falta de amor por mí
que se conformaba con el pan duro que le tirabas.

Demasiado sedienta tragaba
tu agua contaminada.

Te di mis canciones favoritas y ya no puedo escucharlas
te di mis caricias más precisas y ahora cualquier piel está 
cubierta de espinas.

Si me hubiese querido solo un poquito más a mí misma
no me habría dejado la puerta abierta con las prisas
habría sellado las ventanas y me habría lanzado por la cornisa.

Si hubiese sido más egoísta.

Y en vez de mirar a tus penas
me hubiese fijado en las mías.


Si hubiese salido corriendo la primera vez
que me arrancaste la poesía
esas nubes negras que ahora veo
y antes no veía.

Te di todo el perdón que en mi orgullo cabía
te di mi cuerpo y mis entrañas cada vez que las pedías
y el precio que pagué es que dejaron de ser mías.










02 enero 2017

Toda la imperfección


Discúlpame, si no soy todo lo correcta
que se supone debo ser.

Lamento no encajar en el molde
que me habías dispuesto.
Siento ser distinta y haberme convertido en la oveja negra.
Estaba claro que blanca no era.

Discúlpame por no ser el delfín amaestrado
que pasa por tu aro.

Encontré lugares maravillosos donde guarecerse 
de la ventisca que a veces suponen los demás.
Hay personas que se acostumbran fácilmente 
al funcionamiento de la vida sin cuestionárselo nunca
 y ser felices así.

Hay personas que se amoldan para evitar las magulladuras de la fricción.
Yo no.

Discúlpame, si no cumplo fríamente con mis obligaciones,
si no puedo ser el imán que persigue tu norte
allí donde lo pones.

Siento no tener tu mecanismo,
el dispositivo robótico que controla tu organismo.

Yo soy carne , piel y hueso,
y eso no es lo mismo.

Perdóname si lloro en un mal momento
tengo agujeros en las pupilas desde que tú
estuviste dentro,
perdóname si ardo
ahora esto es un infierno.

Siento si ahora me parezco menos al juguete predilecto
ese al que cambiabas las pilas solo con un dedo.

Siento que mis trozos te hagan ruido
cada vez que me muevo.

Que veas todas tus tinieblas
reflejadas en mi cuerpo
que tus miserias hayan echado raíz
demasiado cerca de tu centro.

No te imaginas, como lo siento.