20 febrero 2020

Sin palabras, sin roces, sin aspavientos



Si supieras lo que estoy luchando para que no te conviertas 
en un recuerdo sombrío, de esos que obligan a apretar fuerte los ojos
 y a sacudir la cabeza para que desaparezcan.

Si supieras lo que lucho para que el arrepentimiento 
no gobierne al resto de mis sentimientos.
Ay, si tú supieras lo difícil que resulta.

Esta es la forma que has elegido, de todas las formas posibles.

No he tenido más opción que aceptar
porque es imposible luchar contra la nada
que me has puesto delante.

Yo siempre sobrevivo.
Me levanto, me sacudo el polvo y camino.

Esta es la forma que has elegido.

Si supieras lo que me está costando reconocerte,
encontrar algo bueno entre tanto silencio y tanto gesto forzado.
Preguntarte tranquilamente en qué momento merecí tanto desprecio
con la sana intención de comprenderlo.

¿ Cómo puede el amor vertido transformarse en esto ?
Sin palabras.
Sin roces.
Sin aspavientos.


Yo siempre sobrevivo.
Esta es la forma que has elegido.

Seguiré los pasos que con rotundidad has marcado
para no salirme de tu guión estructurado.

Ya no ocupo, no molesto, no desordeno.
Ya no respiro ni quiero.

Ya soy una pieza más de tu inmenso tablero.

Me quedo quieta, aquí donde me has puesto
observando con la piel quebrada
lo poco que te pareces a mis recuerdos.