05 abril 2023

Hacer las paces




Si hoy tuviese la oportunidad de volver a comenzar
no pasaría el tiempo enfadada porque las cosas sean distintas
de como yo las esperaba.
Aprendería antes a deshacerme los nudos
y no llamaría mío a lo que solo era tuyo.

Haría las paces conmigo
y aceptaría que encajar con el mundo no es más que una teoría.

Me tragaría el orgullo más veces de las que lo hice
sería menos juez y menos abogado de lo imposible.

Dejaría de preguntarme para qué sirve
sosegaría mi parte feroz en pos de lo sensible
llevaría las heridas al aire para que se curen antes
aprendería a rendirme, mejor que a llevármelo todo por delante.

Daría solo silencio a quien no sabe interpretarme
chocaría con menos paredes y estaría menos en otra parte.

Detendría el tiempo para escucharte
abriría las puertas para que entrara el aire.

Si hoy tuviese la oportunidad de empezar de nuevo
dejaría de ser cobarde.

Llamaría por su nombre a las verdades
en vez de disfrazarlas para que entres
en un sitio donde no cabes.

Reventaría los candados
aunque tuvieras la llave
y pintaría ramos de flores
en esta piel inhabitable.




11 enero 2023

Tu sombra

Tu sombra constante y alargada
no me deja ver la luz a través de las ventanas.

Me parecen miseria las palabras
si las comparo con la forma
en que tú las pronunciabas

y busco otros cuerpos
que llenen el hueco
que tu llenabas

pero dejaste la figura perfecta
en la que nadie encaja.

Nadie tiene tu olor
ni tus largos dedos
ni tus pestañas.

Tu sombra perpetua y agigantada,
no me deja dormir sobre otra cama
ni clavar los dedos en otra almohada.


Ningunos ojos tienen la oscuridad de los tuyos
ninguna voz como la tuya suena grave y profunda
ninguna piel encaja en la mía como lo hacía la tuya.






Nos veremos


A veces sueño que me sumerjo en líquido amniótico,
cierro los ojos y desaparezco.

El aire ligero atraviesa mis pulmones y mis huesos.

Nada importa
porque nada existe fuera de mi cuerpo.

Mientras llegan los besos que nos debemos
me hago espacio en el reverso,
en el lado opuesto a la razón
donde no alcanzan los argumentos.

Volveremos a vernos
y volcaré mis ansias en tu cuerpo
y recogeré las gotas de sudor
que todavía nos debemos.

Mientras nos duren las excusas que inventemos
mientras ponemos altos muros por el medio.

Volveremos a vernos tarde o temprano
en esta vida o en otra de un universo replegado
y nos daremos las caricias que guardamos.





Ojalá parar a respirar.

Ojalá la lluvia limpiando el polvo que tenemos sobre la piel.

Ojalá mejor.
Ojalá la próxima vez.






Geometría



Una lagrima cilíndrica
encerrada en tu espacio cuadrado,
dos rombos tumbados
sobre tu ángulo en 90 grados.
Mi esfera.
La circunferencia perfecta
que rodea tu esencia piramidal.
Tu rectas paralelas
hacen de barrera  a mi espiral

Un triángulo equilátero
haciendo un doble mortal
que en elipse recorre
tu columna vertebral.

Soy una curva en descenso
sobre la empinada pendiente
de un triángulo escaleno.

Ya no encaja ninguna pieza
ahora soy el agujero.




04 enero 2023

Una alambrada en el mar



Tengo la capacidad de crear mariposas con un trozo de papel,
puedo construirte un mundo donde habitar con solo cien palabras.

Puedo crear de la nada unas alas y volar.

Puedo transformar en monstruos terribles
los gestos que me haces cuando me ves incomprensible.

Puedo hacer del mundo una inmensa telaraña
de hilos invisibles.

Para todo eso sirve un corazón roto que se palpa los agujeros
y se sigue viendo irrompible.

Tengo la oscura necesidad de crear ,
aunque nazca dolor y desconcierto.

Aunque veas una mueca triste 
en cada mancha de mi cuerpo.

Tengo la capacidad de huir de aquí sin que apenas te des cuenta
de dejar mi cuerpo inerte abandonado a su suerte.

Tengo cien candados para que no puedas entrar al laberinto de mi mente
Una cueva remota donde hacerme fuerte.

Tengo la capacidad de conseguir que no entiendas nada.
Un balcón al mar, y una playa con alambrada.

El hermetismo como capacidad innata.
La posibilidad de hacer de un grano de arena una montaña,
y de tus hilos colgando
la más compleja telaraña.




11 enero 2022

Se nos ve mejor




Te escribiría una canción 
si no fuese porque ya hemos roto
todas las claves de sol.

Se nos ve mejor.

Mas parecidos a lo que fuimos
antes de la última explosión.
Pasas tan cerca
que se me clava una piedra
junto a tu olor.

No llames certeza
a una terca suposición.

Si hablo demasiado
puede ser que parezcamos dos.

Te escribiría un poema
en el dorso del reloj 
si no fuese porque ya es tarde
para hablar de amor.

Pero tengo que reconocer que desde
que nos habitó esta forma tonta de obedecer
a la razón,
desde otros ojos
se nos ve mejor.



17 noviembre 2021

Saltar sin mirar




Tengo miedo de estar viviendo en un lugar 
que no me corresponde.
De ser el suelo inerte en el que nada crece.
De soplar sobre las cenizas
y llamarlas estrellas,
de estar muerto hace tiempo
y no haberme dado cuenta.

De que el aire a mi alrededor
sea solo un espejismo,
de saltar sin mirar 
al mas hondo precipicio.

Tengo miedo de no ser verdad,
de haber sido un fantasma desde el inicio
de haber creído mirar con detenimiento
y ni siquiera haberte visto.

Tengo la triste sensación
de tener miedo de mi mismo.





22 octubre 2020

Noche amarga



Las plantas de los pies contra el frió suelo.

No he sentido magia
somos los restos de algo averiado
que antes funcionaba.

Me quedo helado, sentado al borde de la cama

y oigo tu respiración en mi espalda
nos cruzamos el frío ante la ausencia de palabras.

En la pared dos sombras recortadas

dos seres vacíos que se han dejado  el contenido en la puerta
para que no estorbara.

Quiero despedirme 
pero no sé cómo hacerlo.

Me giro, veo tu mirada perdida en el techo.

- Lo siento- y lanzo la mía contra el suelo.

He contado las baldosas que hay 
entre la cama y la puerta.
Si saliese corriendo ahora, la dejaría abierta.

Nuestro peso me paraliza.
Intento recordar quienes éramos
antes de que el mundo nos pusiera boca abajo
y la pena se llama ahora No poder recordarlo.

Los planetas están más cerca de lo que nosotros estamos.

Me visto despacio, esperando algo...
no nos hará de soporte el tiempo dilatado.
Un beso en la mejilla
un roce en la mano
10 baldosas hasta la puerta
y nos hemos acabado.









Charcos



No para de llover
y en el fondo de mi alma
se está formando un charco.

La humedad atraviesa los huesos
los rostros están desfigurados.
Sin luz, se han fugado los colores
y deseo que mi charco cubra, para cruzarlo a nado.

No para de llover
y el papel de la pared se ha levantado
las ventanas ya no cierran,
mi suelo firme, todo mojado.

Una manta sobre las piernas
tan heladas como las manos,
que ya no saben refugiarse
en la calidez de otro tacto.

Y llueve fuera
mientras tanto
en la esquina perdida
de mi universo cerrado.

El agua,
que lenta goteaba
se ha convertido en lago

pero a mí no me quedan fuerzas
para cruzarlo a nado.






11 mayo 2020

Lo que no pretendo



Nunca pretendí, ni pretendo
que seas alguien distinto
ni que sientas como yo siento.

No quiero una simulación
ni que interpretamos ningún papel
quiero que seas verdad
y que yo te pueda creer.

Nunca pretendí, ni pretendo
ocupar un lugar que no era para mí
ni que giraras lo suficiente
para encajar en mi perfil.

Te quise así
con toda la oscuridad
que acabaría por venir.

Te quise así
con la misma fuerza con la que luego
quise huir.

Nunca quise
cambiarte o encadenarte
o ponerle un nombre a los minutos
que compartimos para saber dónde encajarte.

Nunca pretendí, ni pretendo
que me quieras solo porque yo te quiero.

Uno tenía que ser la mecha
y otro ser el fuego.

Nunca quise hacerte daño
ni siquiera cuando el dolor
me arrancó de mi cuerpo.

Ni siquiera ahora que ya has mostrado
tu lado más oscuro y siniestro.

Nunca pretendí ni pretendo
que tengas otra percepción 
que la que te has llevado
no pretendo que cambie nada,
ni daremos nada por sentado.

Nunca quise venganza,
puse el otro lado de la cara
y si eso te hubiese servido,
lo habrías tenido
las veces que hiciera falta.

Lástima que a ti
jamás te vale nada.










08 mayo 2020

En mí



Querías una mujer sutil, que te mirase embelesada
una mujer que te llevara el desayuno a la cama
pero te fijaste en mí
que soy mas parecida a un bocado en las entrañas.

A mí
que se me levantan las paredes solo con la fina linea
del grosor de una pestaña,
a mí, que me gusta caminar descalza, 
porque si me hiero, me lamo las heridas hasta arrancarlas.

A mí que se me enciende la sangre
y no hay quien sepa cómo apagarla,
una bomba de precisión 
una medusa ciega que te encuentra por la voz.

Querías alguien normal que hiciera juego con tu vida superficial
y te ahogaste en mí
que soy la laguna más profunda.

En mí
que habitan los monstruos de los que huyes,
en mí
que lleno de sal tus aguas cristalinas
que soy lo más lejano a tu mundo prefabricado.

En mí
que estuve siempre buscando el equilibrio
poniendo peso
en el sitio equivocado.






Un monstruo ocupando tu piel


Un monstruo ha ocupado tu piel
y no sé si te has dado cuenta,
quizá le dejaste tanto espacio que se alimentó de ti
hasta llenarlo.

Quizás tu tendencia a la oscuridad
ha conseguido devorarte.

Este patético espectáculo que me obligas a presenciar,
caída libre al precipicio y yo sentada en la grada principal,
ocultándome la cara con las manos para que nadie me vea llorar.

Ahora quiero huir
pero no me dejas.

Como si pretendieras obligarme a ver
el modo en que el monstruo crece
hasta hacerte desaparecer.

Ya no tengo voz,
ni nada que contarte
ni valor para mirarte
y agacho la cabeza y te muestro el lomo
por si quieres golpearme.

Nada ya puede dolerme.

Me arranqué las fibras que me hacían humana
y ahora soy un ser inerte.

Dentro de ese castillo enorme había pequeñas estrellas
que ya amenazaban con extinguirse
y usé las fuerzas que me quedaban para trepar el muro
y mirar por tus ventanas
ya solo pude ver la oscuridad
que tus demonios propagaban.

No me quedaré este dolor,
conservaré la magia que rocé
la belleza de aquel abismo
que estaba aún por recorrer.

Y te dejo a ti con ese monstruo

que ahora habita en tu piel.









20 febrero 2020

Sin palabras, sin roces, sin aspavientos



Si supieras lo que estoy luchando para que no te conviertas 
en un recuerdo sombrío, de esos que obligan a apretar fuerte los ojos
 y a sacudir la cabeza para que desaparezcan.

Si supieras lo que lucho para que el arrepentimiento 
no gobierne al resto de mis sentimientos.
Ay, si tú supieras lo difícil que resulta.

Esta es la forma que has elegido, de todas las formas posibles.

No he tenido más opción que aceptar
porque es imposible luchar contra la nada
que me has puesto delante.

Yo siempre sobrevivo.
Me levanto, me sacudo el polvo y camino.

Esta es la forma que has elegido.

Si supieras lo que me está costando reconocerte,
encontrar algo bueno entre tanto silencio y tanto gesto forzado.
Preguntarte tranquilamente en qué momento merecí tanto desprecio
con la sana intención de comprenderlo.

¿ Cómo puede el amor vertido transformarse en esto ?
Sin palabras.
Sin roces.
Sin aspavientos.


Yo siempre sobrevivo.
Esta es la forma que has elegido.

Seguiré los pasos que con rotundidad has marcado
para no salirme de tu guión estructurado.

Ya no ocupo, no molesto, no desordeno.
Ya no respiro ni quiero.

Ya soy una pieza más de tu inmenso tablero.

Me quedo quieta, aquí donde me has puesto
observando con la piel quebrada
lo poco que te pareces a mis recuerdos.














Definir el desastre

He buscado sinónimos para definirte
para describir la forma en que alimentas mi amargura.

Eres un calabozo, un rincón oscuro sin aliento ni ojos,
eres la alimaña despedazando los trozos.

Deletéreo
obscuro
estrepitoso

Una sombra proyectada
colgada de mis hombros.

Funesto
cruel
desolador

Una mezcla poderosa
de miseria y destrucción.
las garras afiladas del depredador.

A tu niebla le sigue un frío penetrante
a tu caos le precede cualquier interrogante.

Eres el dolor corpóreo y aplastante.
La nube de oscuro polvo
donde se esconde el desastre.

¡Qué difícil amarte!
¡Qué destructiva fue la intención de cuidarte!

Qué frío.
Qué desgaste.
tu posición asfixiante
tu postura arrogante
tu destructor vendaval
se lo lleva todo por delante

todo en ti
supura desastre
todo para ti

llega demasiado tarde.











Donde estaba él ahora hay un iceberg



Hoy no me ha dolido.

Te he visto, y ese agujero por el que se colaban tus monstruos y 
se escapaban mis mariposas, hoy no se ha abierto.

El hombre que amé ya no existe y tú eres una sombra impostora
ocupando su puesto.

Hoy no me ha dolido y le he amado más que nunca.
A él, que se fue dejándome las noches vacías y oscuras.

Hoy he comprendido que no volverá,
que le perdí en algún rincón oculto de ese cuerpo que tú también ocupas.

No me ha dolido porque el dolor es finito.

Porque nadie merece tanto frío. 
Nadie que haya acariciado tu vientre
como si el centro del universo fuera tu ombligo,
nadie que te haya besado con los ojos cerrados y el alma de par en par,
merece tanto frío.

Nadie que haya ido corriendo y malherido a ocupar tu soledad,
nadie que te haya ofrecido sus alas arrancadas para que tú puedas volar.

Nadie merece tanta frialdad.

Y ha sido en mitad de tu iceberg cuando he descubierto que ya no dolía.

Era una tontería pensar que me dolía el frío, si mi piel ya estaba helada
de compartirse contigo.

Y te he mirado, pero no te he visto.
Porque tú solo eres la cubierta
todo lo bonito que había en ti
se ha desvanecido.



















       Ilustración ABO ( AboK2)

Lo sé


Eres la única decisión que tomé con la cabeza
por eso quizá lo estoy haciendo tan mal.

Antes de ti, escuchaba siempre el latir de mi sangre,
cuando las cosas pasaban inevitables como el aire.

Contigo nada funcionaba,
ni el cerebro ni el corazón
ni el miedo ni las ganas.

Lo sé.

Sé que no íbamos a ninguna parte,
que nos pasamos más tiempo enredados
que disfrutando del baile.

Lo sé.

Que mudaste la piel por una intocable
que no queda en tu burbuja, espacio para nadie
y este corazón idiota no tiene intención de escucharme
me incita a desear otras cosas,
como por ejemplo, respirarte.

Y me empeño en callarle
le sujeto contra el suelo y le golpeo
con argumentos racionales.

Lo sé,
que ya no iremos a ninguna parte
que mi mano sobre tus labios
ya no consigue apaciguarte
que todos nuestros empeños
riman siempre con desastre.






















10 febrero 2020



Sé lo que sacrifico
para que mis demonios no se alboroten
y vivan tranquilos.

Sé dónde habito,
en la fina linea que separa el condicional perfecto
del pretérito subjuntivo.

Sé demasiadas cosas de mí mismo,
me he buceado por dentro
en mitad del cataclismo.

Sé por dónde camino,
el barro ya hace rato 
que me cubre los tobillos.

Sé lo que necesito
y lo demás fueron rabietas
impulsos o caprichos.

Sé leer entre lineas que parecen paralelas
aunque tú las ves torcidas
porque saltamos sobre ellas a lo largo de la vida.

Sé de lo que prescindo
para que el tumulto no me haga ruido
y aún así tienen los huevos
de hablarme a mí de sacrificio.









Un mal día



Tengo un mal día.
Uno de esos que piden a gritos dinamita.

No soporto otra presencia y todas mis certezas
están flotando a la deriva.

Tengo un día de esos que llevan un velo gris
de esos en que los huesos te pesan solamente por existir.

Puedes verme,
ver mis piernas bajar y subir las escaleras
pero ya estoy en otra parte.

Soporto el peso de lo roto sobre mis hombros
y me parece un lenguaje desconocido
las palabras que usan los otros.

Tengo un día borroso
y agua salada de sobra
haciendo olas en mis ojos.

Me meto en el silencio 
y cierro por dentro ,
para que nada escape,
para que nada cale
en esta piel en exceso permeable.

Tengo un mal día.
De esos en los que nada arde
suficiente, para calentarte.

Y el mundo está lleno de gente
que para ti no son nadie.

Hoy toca gris.
Empiezo a estar cansada de esta gama
de colores reducida.

Me ha dolido que me llamen por un nombre
que no me corresponde
que se hayan sentido con la fuerza suficiente para cambiarlo.

Me ha vuelto a herir la frialdad.
Ya ves, nada nuevo.

Luego me han herido las suposiciones de
aquellos que ni siquiera me conocen.
Me ha dolido la distancia inabarcable que hay
entre ellos y yo.
Me ha dolido estar tan lejos de estar bien
y esforzarme en parecerlo.

Ya no sé dónde esconderme las miserias.
Ya no puedo ser más imperfecta.

Me pongo negra y pienso que podéis iros todos
a la mierda,
pero aunque no lo sepáis
ya estáis en ella.

Que la verdad me aplasta
y siento la vida entrar por un cuello de botella.

Que en mi oscuridad se os ve la transparencia,
que os movéis porque a cualquier empujón lo llamáis inercia
y estoy cansada, muy cansada, de que una mitad 
arranque lo bello a la otra media.