29 octubre 2014

En lo que brillo.

Nadie dijo que sería sencillo ser distinto.
Nunca me importó llegar hasta la cumbre,
me importaba mucho más no rendirme a la costumbre.
Sé de sobra que la gente no entendía
mi pertinaz manía de no hacer las cosas
como se suponía.

Enfrentada siempre al hacer de la gente,
empeñada en mostrarles un camino diferente,
uno en el que la honestidad valga la pena
y los peces no sigan la corriente.

Una loca para algunos,
demasiada intensidad para tanta cobardía,
demasiadas cicatrices para pasearse por la vida.
Una altiva introvertida,
que esquivaba el empuje de la persistente mayoría.

Más sola que la una,
porque nunca supe dar con la frase oportuna,
y me reía a carcajadas de la ambición y la fortuna.

Siempre quise ser un alma libre,
uno que rompiera la cadenas,
que corriera sangre a raudales por mis venas,
y eso fue lo terrible....

Porque si no quieres
lo que quiere todo el mundo
te conviertes en temible.

Ya hace tiempo me rendí
cansada de intentar explicar lo que sentía,
de miradas agrandadas por la falta de empatía,
de ver confusión en los ojos que miraba,
de no entender una palabra de la lengua en que me hablaban.

Yo no estoy hecha para esto,
de mil maneras lo transmito,
de otras miles lo proyecto.

Soy la planta exótica que se salio del tiesto.

Ya hace tiempo me rendí,
no se puede estar en guerra
todo el tiempo.
Ellos no me entienden,
y yo tampoco los entiendo.

Tienen razón cuando me dicen,
que las heridas soy yo quien se las hace,
no se es como se quiere,
se es como se nace.
Pero las cosas pueden cambiarte...
es ahí donde se pone interesante.
¿Y si ese poder es mío, y no se lo cedo a nadie ?

Yo puedo diluirme y marchitarme,
y nacer después infinitamente grande.
Puedo secarme y consumirme,
puede ser mezquina y ser sublime,
quemarme en una hoguera y redimirme.
Ya sé que mis principios aquí no sirven,
que mi mente es un laberinto indescriptible,
que se cierne oscuridad y me vuelvo imprevisible.

Creeme si te digo que no importa
si tengo la razón o me equivoco,
eso no me reconforta.
Me importan más mis alas y lo que aprende mi memoria,
me importan más las horas que regalo a quienes amo,
las respuestas que daré a mi conciencia si algún día me pregunta,
me importa más la vida y lo que tenga de profunda.
Los surcos que han dejado en mí las personas que he encontrado,
las palabras que vomito cuando me lleno demasiado.
No me convence su aplomo ni sus actitudes llenas de certeza,
yo prefiero a las aves que habitan mi cabeza,
llenas de magia todas ellas, de trazos de colores, de verdad y de belleza.

Algunos se abruman y se van, reconozco que soy compleja,
un mecanismo frágil de hostilidad y de crudeza,
una bomba en cuenta atrás, que se atasca y nunca llega.

Mi alma vive de alquiler,
porque nunca amanece en el lugar en el que estaba ayer,
no se acostumbra porque no le compensa el tiempo que va a permanecer.
No quiere venderse ni ceder.
se irá conmigo algún día... aquí os dejo mi piel.