16 junio 2016

Demasiada delicadeza.




Demasiada delicadeza.

Sobraban buenas intenciones y faltaba fuerza
lo veo ahora, al otro lado, tras cruzar la puerta.

Pensar demasiado y darle a todo tantas vueltas,
volverlo todo espeso y complicado
por no haber encontrado
la definición correcta.

El miedo a decir en alto las cosas que piensas
que al ponerles voz se hagan reales y no dejen espacio para soñar.

Demasiada delicadeza.

Actuar como si llevara en el bolsillo, escondida,
la llave maestra.

Partirme en mil para que elijas la que te encaja.
Guardarme el resto para que no te sobre nada.

Mi alma prudente y cuidadosa frente a la tuya, descuidada.

Demasiada delicadeza.

Sujetando el aire que hará vibrar las cuerdas.
Agachando la cabeza
conteniendo la verdad
para que nada te entorpezca.

Mi cuerpo menguante para que el tuyo crezca
reposando despacio sobre la hierba
mientras me deshojo frente a ti
con demasiada delicadeza.