24 junio 2016
No quiero nada más
Una tenue linea de luz atraviesa la ventana.
Tu cuerpo y mi cuerpo rendidos sobre una cama.
Aún estás dormido,
mientras dibujo interrogaciones en tu espalda.
Nunca me canso de imaginarnos,
yo, que de todo me canso.
A veces solo quiero fundirme en tus manos
y no quiero nada más.
Me levanto de puntillas para cerrar las cortinas
para que sigas durmiendo
para quedarnos así
abrazados en silencio,
en este reducto de mundo
donde estamos a salvo de nosotros mismos.
A veces solo quiero tu cuerpo
y enredar tu pelo entre mis dedos,
y no quiero nada más.
Me detengo a observarte
me pareces un ser extraño
que solo brilla cuando arde.
Un meteorito sumergido en un estanque.
A veces solo quiero odiarte
como primer paso para olvidarte
pero miro tu piel malherida
y solo anhelo cuidarte.
A veces solo deseo que se cierren esas heridas evidentes
verte menos roto para irme sin sentirme culpable.
Porque a veces solo quiero
que dejes de importarme
y no quiero nada más.