Los malos recuerdos han ganado a los buenos.
Y no dirás que no luché por conservarlos,
a cuestas con ellos a través de las zanjas que has
ido cavando a lo largo del tiempo.
Se han ido ensuciando esas cosas bonitas
con el polvo y la tierra que a veces me tiras.
Hemos ido sumando y haciéndolo peor a cada rato
dejando lo bueno desnudo, hambriento y desesperado.
No quería decirte que ya casi no recuerdo
tus labios al reírse.
Que no recuerdo nada sincero
y eso me pone triste.
Y no dirás que no puse voluntad en el intento
luchando por sacarnos a los dos de tu agujero.
Tienen ausencia de luz nuestros recuerdos
porque hemos sumado tanto malo
que no hemos dejado hueco para lo bueno.
Y sé que leerás esto pensando que exagero
que le di demasiada importancia a los días negros
pero qué demonios sabrás tú de todo eso,
si no te salpican mis gotas
porque sangro para dentro.