22 abril 2013

Evitar el daño.


Difícil promesa no hacerse daño.

¿Qué evitará que duela?

Duele acercarse y encontrar las puertas cerradas,
duele intentarlo una y otra vez sin descanso,
duele no saber que andabas buscando
y si te importa algo lo que espero yo.

Duele no saber si estás, duele separarse sin hablar.
Duele pensar que algo rompimos cuando íbamos de camino.

Duele pensar lo complicadas que son nuestras almas,
almas discordantes que chocan sin remedio,
si pudiese contarte lo que siento.


Difícil promesa no hacerse daño,
parecía un buen trato, cabal y razonado,
totalmente opuesto al caos que hemos provocado.

Tu voz retumba en mis oídos cuando ya te has ido,
cierro los ojos y puedo dibujar tus contornos,
tu sonrisa gigante, tu mirada intimidante,
tus manos frías recorriendo mi cuerpo mientras arde.

Intentaré olvidarte, seguir abriendo heridas no va a ninguna parte,
tú eres solo minutos de existencia perturbando la que queda.

Difícil promesa no hacerse daño, cuando el dolor ya se ha instalado,
repliego mis velas, el barco ha encallado.

Yo caminando hacia ti,
y tú siempre hacia otro lado.