31 octubre 2016
Un hombre que ya no está
Amé profundamente a un hombre que ya no está.
Hay tantas y tantas maneras de no estar.
A veces, todavía dudo si fue un espejismo,
si fue perdiendo tejido hasta que no le quedó
nada de sí mismo.
Si el verdadero era el otro que tanto daño causaba.
Y siento que estuve enamorada de un fantasma.
Solo sé que él ya no está.
Están su sombra y su estructura,
su forma de caminar y su espesura.
Hay tantas y tantas formas de no estar.
Él era diferente,
tal vez creíste que no me daría cuenta del cambio.
Primero se fue la actitud, lo más importante.
y tú te empeñas porque ves una presencia
que se parece a la de antes.
Faltan piezas. Y lo sabes.
Luego llegó la tristeza pegajosa y espesa
y no supo limpiarse.
Tantas cosas cambiaron
tan sutiles
todas ellas un presagio de que se iba lentamente
cuando volví a mirar ya no estaba,
definitivamente.
Un día miré aquello que parecía su cuerpo
y dentro había alguien que no reconocía.
Hay tantas y tantas maneras de no estar.