10 agosto 2015

Cuerpos




Mi cuerpo se ha salido del contexto,
va con el tanque lleno pero sin ruedas de repuesto.
Ha perdido intensidad con el correr del tiempo,
ya no siente como solía, su cansancio más frecuente,
camina muy despacio y a cada paso se entretiene.
No sabe si va o viene.
Le aburre lo evidente.

Mi cuerpo ya no concuerda con mi mente,
ya casi ni se entienden,
se arrastran como lastres
que no siguen la corriente.

Esta decrepitud tan insistente,
que se cierne sobre mí a cada instante,
ha conseguido que al final
todo deje de importarme.

Mi cuerpo y sus volcanes.
Mi cuerpo y sus mitades,
expandido y contraído
por diversos avatares.

Se ha encontrado conmigo
en la esquina de esa calle,
tan semejante en apariencia
al más común de los mortales,
tan diferente en esencia de
lo que pueda serlo nadie.

No ha sabido qué decirme,
me mira avergonzado,
apenas puedo reconocer
la debilidad de su tacto.

¿ Pero qué has hecho conmigo? 

Le pregunto asombrado.

Vivirte... que ya es demasiado.