Eres mejor cuando te imagino.
Cuando no tropiezas tanto
cuando brotas como gotas en mis sueños.
Allí donde resides no hace falta equivocarse
no hay rehenes, damnificados ni cobardes,
allí donde vives nunca es demasiado tarde.
Eres más guapo cuando mis recuerdos te dibujan,
tímido y reservado, protegiendo tu castillo disfrazado de malvado.
Eres mejor cuando no hablas tanto,
cuando no mides las distancias que separan nuestros actos.
Eres gigante cuando te pienso,
cuando me olvido del dolor vivido,
cuando escondo tus defectos tras el velo de mi cariño.
Yo no sé estrellarme así, a cada paso y en cada muro,
las migajas que han quedado ya ni siquiera me alimentan.
Eres mejor cuando mi empatía te justifica,
cuando cubro de excusas tu mezquindad.
Cuando te quito el disfraz,
cuando ya no tienes nada que esconder.
Pero se hace corpórea tu existencia,
y eso ya.... no puede ser.