07 agosto 2015

La Puerta

1.

Has abierto la puerta, aunque parecía que en nuestras separadas estancias 
se respiraba mejor.
Tienes tantas cosas amontonadas en tu rincón que ya no caben.
No sabes ordenarlo y pones cosas limpias encima de lo sucio, que acaban por mancharse.

Has pensado que quizá si abres la puerta, ganes espacio nuevo.

2..

Con la puerta abierta entran ganas de asomarse.
Con cautelosa curiosidad me acerco lentamente, me gustaría ver como has 
redecorado tu espacio, si habrás cambiado algo.
La última vez que me asome era un sitio oscuro y atestado.

3...

Cuando ya estoy cerca y tengo el valor de mirar,  cierras la puerta.
No echas la llave porque no eres tan valiente.  Solo la cierras para que no vea tu desorden.

Me quedo perpleja frente a esa puerta.

Hubiese jurado que hace un segundo estaba abierta.

Me doy la vuelta porque he notado que de tanto abrir y cerrar se están soltando las bisagras.
Si de verdad me interesara la echaría abajo a patadas.

4....

Como ya he perdido el interés por asomarme, vuelves a abrirla, casi entornada dejas que entren la luz y el aire, en cambio, nada sale.
Así cubres tus necesidades.

Como mi puerta no tiene cerrojos la empujas cuando quieres, la abres y la cierras a tu gusto, nunca te da por preguntarme.
Tu vanidad y tu egoísmo son monumentales.


5.....

He decidido poner llave.
Yo tengo claraboyas e inmensos ventanales, no necesito de tu aire.

Cada vez que abres la puerta tu suciedad entra en mi casa.
Estoy cansada de limpiarla, cuando vienes, rompes todo y nunca siembras nada.



6......

He tapiado la puerta y en el muro he pintado un arco iris.

Me recuerda la belleza que crea la lluvia,
que siempre hay un sol tras cada tormenta.

Tanto que he olvidado
  que ahí alguna vez hubo una puerta.